Cristian Castillo iba para futbolista pero a los 18 años le entró la pasión por la mecánica y hoy con 24 años de edad es el responsable de los neumáticos y la gasolina de la moto de Jorge Navarro, segundo en la clasificación del mundial de Moto3 y máximo candidato al titulo en la actual temporada. Hijo de Toni Castillo, el eterno capitán del CD Alcoyano -lo fue durante más de una década- y uno de los tres jugadores que ha defendido la camiseta alcoyanista en más partidos. Toda la carrera deportiva de su progenitor transcurrió en el Alcoyano excepto dos temporadas en que militó en el CD Eldense en 2ª B. Cristian siguió los pasos de su padre e ingresó en la cantera del equipo blanquiazul con cinco años y permaneció hasta los 18 formando parte del equipo juvenil que logró la proeza el ascenso a División de Honor.

Los deportes de motor le habían apasionado desde niño y el colaborar en un proyecto ECO para una Maratón de bajo consumo en el IES Cotes Baixes le descubrió su vocación por la mecánica y se matriculó en la escuela Monlau de Barcelona que dirige el campeón mundial Emilio Alzamora. Su primer trabajo fue precisamente con su actual piloto, Jorge Navarro, en el campeonato de España. Posteriormente trabajó en este campeonato para Alex Márquez, campeón mundial al igual que su hermano Marc y después lo hizo en Superbikes con el piloto escocés Kev Coghlan. Por fin la temporada pasada vio cumplido su sueño y llegó al campeonato del Mundo con Jorge Navarro, con quien sigue en la actual temporada en el equipo Estrella Galicia 0.0.

Para él es gratificante estar en este equipo, «ya que a todos nos gusta ganar y es bonito ver como la prensa especializada de todo el mundo señala a Jorge como favorito al título. Pero no por esto en el equipo lanzamos las campanas al vuelo, somos conscientes que la empresa es difícil y queda mucho trabajo por hacer. La temporada es muy larga ya que son 18 GP y de aquí al final de pueden pasar muchas cosas, pero seguro que estaremos delante y Jorge está más que capacitado para ser campeón»

Cristian Castillo sigue la estela de la ingeniera alcoyana Andrea Cantó (también formada en Monlau) responsable de la telemetría de Tito Rabat cuando el barcelonés fue campeón del mundo de Moto2.