El joven de la derecha tiene una espada que aferra con la mano diestra, mientras la zurda empuña un pequeño escudo redondo. La chica de la izquierda, en cambio, está armada con un bastón que tiene un remate en cada punta conocido como Q-Tip. Se tantean durante unos segundos, y finalmente la muchacha es la primera en atacar. El bastonazo es bloqueado por la rodela del chico, que contraataca con un rápido corte, lo cual obliga a su rival a echarse para atrás. Tras dos o tres intercambios de golpes, ella es la primera en alcanzar a su oponente. La persona que hace las veces de juez confirma el punto para la joven, y ambos contendientes recuperan sus posiciones iniciales para continuar con el combate, que concluirá cuando uno de ellos consiga tres impactos en el rival. Se trata de un encuentro cualquiera de soft combat, un deporte que simula la esgrima medieval con armas acolchadas.

El VI Salón del Manga y Cultura Japonesa de Alicante, que se celebró este fin de semana en IFA, tuvo como uno de sus eventos estrella el ya tradicional torneo de esta actividad, con hasta 64 participantes apuntados, además de numerosos reservas. Algunos traían sus propias armas, pero para la competición había que usar las que proporcionaban los organizadores, Azarkia Rol en Vivo, un grupo ilicitano que ya es un habitual en todos los eventos de este tipo en la provincia, e incluso en Murcia o Albacete. Jaume, uno de sus miembros más antiguos, ejerció de presentador y de árbitro durante el campeonato, que incluyó rondas a espada corta, hacha, hacha y escudo, espada de mano y media (que se puede asir tanto con una mano como con ambas) y arma libre.

El calendario de partidas masivas de rol en vivo en las que el soft combat juega un papel fundamental como elemento básico de combate tiene un apoyo cada vez mayor. Desde Azarkia apuntaban que «a las últimas se han apuntado 100 personas y muchas se han quedado fuera». El grupo considera que, con los que son actualmente, es difícil poder atender bien a un número mayor, y prefieren centrarse «en la calidad antes que en la cantidad».

Desde el punto de vista estrictamente deportivo, el soft combat se caracteriza principalmente por su gran intensidad. Las rondas, de tres o cinco golpes, no suelen prolongarse mucho más de dos o tres minutos, pero requieren una considerable explosividad física. Además, pone a prueba los reflejos, la creatividad e incluso la capacidad de leer el lenguaje corporal del oponente. Unos minutos de esta actividad bastan para dejar jadeando a una persona que no tenga una condición física buena, debido a que un combate normal no suele conceder demasiados respiros y la exigencia física es bastante alta.

Stephania Ocampo, organizadora de un encuentro paralelo y no oficial para realizar combate libre que se llevó a cabo a última hora de la tarde del sábado y la mañana del domingo, destaca del soft combat que «permite entrenar el uso eficiente de distintos tipos de armas de filo con la tranquilidad que proporciona que éstas se ajusten a una normativa de seguridad». Este entrenamiento, además de servir como acondicionamiento físico por sí mismo, también es útil para otras actividades que emplean de alguna manera el soft combat, como las ya mencionadas partidas de rol en vivo o el jugger, que se trató en estas páginas hace unas semanas.

Como añadido, cualquier aficionado al deporte disfrutará la sensación que proporciona este ejercicio, ya que se emplean la práctica totalidad de músculos y la variedad de movimientos que se llegan a utilizar (desde saltos hasta volteretas) garantizan que el esfuerzo se reparta por todo el cuerpo, por no decir, simplemente, que es muy divertido. Como añadido, cabe destacar que descargar los ataques resulta muy liberador, y mejora el humor de sus practicantes

Seguridad

Las reglas, pese a que varían en cada asociación o grupo de soft combat, siempre incluyen numerosos aspectos encaminados a garantizar la seguridad de los usuarios. Por ejemplo, los ataques deben controlar su fuerza e ir a marcar el toque, no a hacer daño, y suele estar prohibido dirigir golpes a la cara, el cuello o la entrepierna. Los árbitros suelen prestar mucha atención a que se cumplan las normas que evitan cualquier tipo de dolor a los participantes.

Uno de los aspectos que más atrae a los adictos a la fantasía es la posibilidad de personalizar al completo las armas que se van a emplear, siempre que éstas cumplan ciertos requisitos, siendo el principal pasar un test de seguridad para evitar los daños físicos. También las medidas están estandarizadas, y según se clasifiquen como armas de una mano, de mano y media o de dos manos variarán su longitud mínima y máxima, para evitar que algún practicante espabilado cree un arma tan larga que nadie pueda acercarse.

Lanzas, bastones, espadas, arcos, dagas, espadones y casi cualquier arma pueden replicarse si se cuenta con un artesano habilidoso. Eso colabora a la hora de vivir escenarios fantásticos característicos del rol en vivo y otras actividades similares.