El exjazulgrana Jordi Cruyff brindó ayer un emotivo adiós de su padre, Johan Cruyff, fallecido el pasado jueves a los 68 años, y reconoció que su familia, que inicialmente quería preservar la intimidad del luto, finalmente aceptó que se le rindiese un homenaje en el Camp Nou «porque hemos entendido», dijo, «que Johan no es sólo nuestro, sino de todos».

El hijo de Johan Cruyff le rindió el último homenaje en la sala de prensa del Camp Nou precisamente a las 14 horas, con el 14 siempre presente del que fue uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol.

Emocionado, pero con un porte firme, Jordi, que dio las gracias a muchas personas, subrayó que su familia ha entendido que no podía oponerse a los deseos de rendir un homenaje a su padre y dijo en dos ocasiones: «Johan no es solo nuestro, sino de todos».

A las 14 horas, y en una sala de prensa abarrotada, Jordi Cruyff, con traje negro y camisa negra, se sentó en una silla y, flanqueado por las banderas del Barça y de Cataluña y por una imagen de su padre, y bajo la mirada cómplice de su excuñado Mariano Angoy y de quien fuera amigo de Johan en el Barça de los setenta, José Manuel Asensi, dio gracias a todos, a la afición, al Barça, al hospital que lo atendió (Teknon), al médico (Tramullas) y a su fundación.

Momento antes, el entrenador del Barcelona, Luis Enrique Martínez, lideró la visita de la primera plantilla al espacio memorial que se encuentra en el Camp Nou para despedir a Johan Cruyff.

Los jugadores barcelonistas, después del entrenamiento en la Ciudad Deportiva, se acercaron al Camp Nou para rendir homenaje a Cruyff, aunque en la expedición no se encontraba la mayoría de jugadores suramericanos, que aún están con sus selecciones. «Hablar de Cruyff es hablar de fútbol en su máxima expresión», manifestó Luis Enrique.