El BMX nacional se concentra en la provincia de Alicante, la Meca española de este deporte, donde los mejores circuitos y los corredores punteros residen de manera habitual cerca de trazados como el de El Campello, el de San Vicente o el de Elche. No obstante, hay una carencia a nivel nacional que no resuelve la provincia: la falta de un circuito de Supercross, la modalidad olímpica, que se caracteriza por una rampa de salida de 8 metros de alto. España es el único país de Europa que carece de una pista de estas características. Marc Killian, rider residente en San Vicente y perteneciente al club de BMX de la localidad, comparaba ambos tipos de instalación con campos de fútbol-7 y fútbol-11, señalando las diferencias en la preparación requerida para ambas modalidades.

Killian criticaba también que «el apoyo desde la Federación es prácticamente inexistente». Puntualizaba que «dan a los cuatro o cinco mejores corredores una bolsa de viaje de 350 euros por carrera», pero que el desplazamiento, la estancia, el transporte del equipo y demás gastos acaban haciendo que la asistencia a cada prueba salga por unos 600 ó 700 euros. «Lo que falta lo pagas de tu bolsillo o no vas a las carreras», lamenta el corredor de San Vicente.

Pese a que la provincia es la gran potencia nacional, España está muy descolgada a nivel internacional, incapaz de competir con sus 500 licencias y entre 15 y 20 circuitos con potencias como Holanda o Francia. Como comparativa, los franceses tienen 22.000 federados, y más de 300 pistas.

Pese a que numerosos y potentes equipos extranjeros, como la selección belga, el club Saint-Étienne, corredores holandeses o el propio campeón olímpico acuden a realizar sus pretemporadas a la provincia, animados por su suave climatología, la falta de instalaciones adecuadas provoca que se queden apenas unos días y que su trabajo se centre en una preparación física, más que en un entrenamiento específico de Supercross. Varios clubes han mantenido reuniones con alcaldes y ediles de Deportes para mostrar las ventajas que entrañaría una inversión de entre 200.000 y 300.000 euros para construir un circuito con rampa olímpica, ya que «tanto a nivel de imagen como económico, por el atractivo para los corredores de fuera, resultaría muy beneficioso» para el municipio que lo albergara. No obstante, encuentran una resistencia importante en el hecho de que se trate de un deporte minoritario. «Es el "esto... ¿con qué pelota se juega?" lo que tira para atrás a los ayuntamientos», asegura Killian. Sin embargo, «el Club Olímpico de Madrid ha pasado aquí toda la Semana Santa entrenando, y son entre 30 y 40 personas, corredores "top" mundiales de Holanda, Finlandia o Noruega se sienten muy atraídos por nuestro clima y es una lástima que no se le saque beneficio a eso», lamenta el rider francés afincado en San Vicente.

Competiciones

La Federación Española de Ciclismo justifica su escasa inversión en BMX por los escasos resultados obtenidos por los españoles en competiciones internacionales. Sin ir más lejos, nadie de la selección española, compuesta principalmente por corredores que viven en la provincia, acudirá a los juegos de Río 2016. No obstante, es difícil prepararse para una prueba de Supercross sin tener un circuito donde practicar. Los corredores élite españoles se pagaron entre todos un viaje a Marsella para poder entrenar tres días en sus instalaciones antes de la última Copa de Europa. Tampoco pudieron participar en la primera prueba de la Copa del Mundo, en Argentina, al no poder pagarse el viaje hasta el país sudamericano.

Son «gente que vive de la pasión por este deporte», relata Killian. «El campeón de España, sin ir más lejos, trabaja en una tienda de bicis, la mayoría de los élites son estudiantes».