Parece que lo peor ya ha pasado para Samuel Galán y su familia. El jugador del Alhaurín de la Torre B de la Tercera Andaluza malagueña, que fue apuñalado el Domingo de Ramos tras la disputa del encuentro entre los alhaurinos y el CD El Palo en San Ignacio, se mantuvo ayer «estable, dentro de la gravedad» durante toda la jornada tras se operado de urgencia después de recibir dos puñaladas, una a la altura del esternon y otra muy cerca del corazón.

El jugador alhaurino evoluciona favorablemente y, si nada se tuerce, en unos días podrá abandonar el hospital y comenzar a recuperarse desde casa con el calor de los suyos. Según transmitieron las personas que pudieron entrar a verle, como el presidente de la entidad Paco Flores, Samuel estaba muy bien de ánimo y solo tenía ganas de volver a jugar. «Me ha dicho que tiene ganas de salir del hospital y entrenar. Quiere salir de aquí, entrenar. Está arriba con algunos compañeros y está animado. Ahora mismo solo tenemos la obsesión ver a la gente alegre y que los padres puedan respirar tranquilos, añade Flores, que fue uno de los primeros en poder entrar a verle.

Samuel está mucho mejor y más animado con el paso de las horas y, pese que hay que ser cautos, parece que no habrá problemas para que esté recuperado en poco tiempo. «Nos han dicho que dentro de la gravedad, está bien. El médico ha informado ya a la familia. Fue una intervención importante, muy grave, ha tenido mucha suerte», aseguró el presidente alhaurino, que no tiene dudas que volverá a vestirse de corto en poco tiempo. «Es un toro y un deportista nato. Ya está pensando en ponerse los pantalones cortos y el escudo del Alhaurín de la Torre», añadió.

Durante toda la mañana de ayer pasaron por el Hospital Universitario Carlos Haya multitud de compañeros de equipo, familiares, amigos y directivos de ambas entidades para mostrar su apoyo al jugador del Alhaurín de la Torres y familiares en un momento tan delicado. Por suerte, tal y como comentaban todos los que pudieron conocer el estado de Samuel de primera mano su recuperación iba por buen camino y las sensaciones que transmitía eran las mejores. «El parte médico es positivo. Él no sabe todavía la magnitud de todo lo que ha ocurrido. Familiares y compañeros ya han entrado dentro y transmiten tranquilidad. Ha sido una intervención importante. Transmitimos alegrías, sabemos que ya está mejorando. Ha tenido mucha suerte, por unos minutos y unos milímetros ha podido salvar la vida. Los familiares han pasado una noche muy mala, ya están mejor. Al verle la cara Samuel ya se olvida todo y el mal trago ha pasado. Lo importante es que está feliz. Hay mucha alegría y los padres pueden respirar tranquilos», comenta el presidente del Alhaurín de la Torre.

Sin embargo, la cautela todavía es máxima debido a la gravedad a la operación a la que fue sometido y Samuel aún permanecía en la UCI en la noche de ayer en constante observación. La evolución en las próximas horas marcará cuando podrá abandonar la Unidad de Cuidados Intensivos y pasar a planta.

Entre los jugadores y demás personas que presenciaron el acto comentaban con mucho asombro lo ocurrido. No se hablaba de otra cosa. «Terminó el partido y un jugador de El Palo empezó a darle puñetazos y ya fue cuando saltaron otras personas de la grada con taburetes, piedras y demás objetos. Ahí fue cuando uno de los que saltó les dio dos puñaladas. Samuel llegó al vestuario con un fuerte dolor de barriga y de repente se desplomó y se quedó en el suelo de lado y empezó a tener convulsiones. No sangraba, no nos dimos cuenta de lo que tenía en el pecho hasta que llegó la ambulancia y vimos el boquete que tenía en el pecho. Hubo mucho miedo», relata uno de los jugadores del Alhaurín de la Torre.

Por suerte, y para el bien de todo el fútbol malagueño, el caso de Samuel parece que va a mejor y todo se va a quedar en un tremendo susto.