Hace poco más de 10 años, mencionar el pádel sin relacionarlo con el elitista deporte que practicaba el presidente del Gobierno, José María Aznar, era poco menos que imposible. Los ciudadanos lo tenían como un deporte de pijos, consideración similar al squash o al golf. Sin embargo, su imparable evolución ha alcanzado al gran público en un tiempo récord, y de los 422 federados que había en 1989 se ha pasado a las 56.106 fichas que contabilizaba la Federación Española de Pádel (FEP) en 2015. De hecho, se ha sacudido esa etiqueta de deporte elitista de forma mucho más efectiva que deportes más antiguos, como el propio golf.

Tirando un poco de datos oficiales, hay varios aspectos que llaman la atención en el primer vistazo. La superioridad numérica de deportistas masculinos a nivel nacional (prácticamente el 65% del total) es notoria, pero lo más sorprendente llega al analizar la edad de los federados. Casi la mitad (el 47,2%) se engloba en la categoría de «Veteranos», es decir, son mayores de 39 años. En cambio no parece ser muy popular entre los jóvenes, ya que el porcentaje de fichas de jugadores entre 19 y 23 años (categoría «Sub-23») no llega al 5%. El pádel se revela como un deporte sin edad. Sin embargo, en contraste con estos datos nacionales, en la Comunidad la franja predominante es la «Senior» (de 24 a 39 años), con un 43,7% de las fichas. Los veteranos rozan el 35%.

Estos datos se explican desde el punto de vista de la exigencia física. Comparado con el tenis, el hermano mayor de los deportes de raqueta, el pádel requiere de mucha menos actividad de desplazamiento, debido a las reducidas dimensiones del terreno de juego. Eso permite dosificar mejor las fuerzas, algo favorable para deportistas de edades superiores a la cuarentena, cuya condición física suele (aunque no es obligatorio) ser inferior a la de los más jóvenes.

Si bien la comparación con el tenis es poco menos que inevitable, lo cierto es que el deporte de Rafa Nadal inició en 2013 un imparable declive: tras años por encima de las 100.000 licencias federativas cayó a menos de 90.000, cifra que ha continuado reduciéndose recientemente. En 2015 actividades como el judo o la caza tenían más federados que el tenis, al que el pádel está claramente comiendo la tostada. A ello contribuye también que la inversión económica necesaria para empezar a jugarlo es relativamente baja. Una pala se puede obtener por apenas 20 euros, a lo que habría que añadir un calzado apropiado. Unas zapatillas baratas pueden costar entre 25 y 30 euros. Por último, alquilar la pista para jugar puede salir por entre 3 y 4 euros por persona, ya que es un deporte que siempre se juega por parejas.

Torneos

Ayer mismo se disputaron las finales de la Liga Golden Padel alicantina en las instalaciones del Blupadel. Casi 200 parejas se inscribieron en el torneo.

Por otro lado, el Club de Tenis Elche acogerá en sus pistas otro torneo 18* desde el 28 de marzo hasta el 3 de abril. El plazo de inscripción concluye el día 25 (el próximo viernes). El campeonato será puntuable para la Federación de Pádel de la Comunidad Valenciana. Habrá cinco categorías masculinas y tres femeninas.

También se podrá tomar parte, del 1 al 3 de abril, en el I Torneo de Pádel Masculino Cadena Ser, que, al igual que la Liga Golden, tendrá lugar en Blupadel.

Y si participar no es suficiente, la provincia acogerá a la élite mundial del pádel en el próximo mes de agosto, ya que el Open de La Nucía, que se celebra del 22 al 28 de ese mes, vuelve a formar parte del World Padel Tour 2016, donde los mejores jugadores pelean por dominar la escena internacional.

La provincia tiene un alto nivel en el conjunto nacional, metiendo a 4 jugadores en el top 10. Se trata de Christian Ramos (5º), Juan Miguel Such (6º), Miguel Ángel Solbes (7º) y Javier Ibáñez (9º). Sin ir más lejos, en el pasado Campeonato de España por equipos la villenense Andrea Jareño llegó a semifinales con el Club de Pádel Ribarroja.