El alemán Nico Rosberg (Mercedes) se convirtió en el primer líder del Mundial de Fórmula Uno, al ganar el espectacular Gran Premio de Australia, marcado por el aparatoso accidente de Alonso. Rosberg, subcampeón mundial las dos pasadas años, logró su decimoquinto triunfo en la categoría reina del automovilismo en el circuito de Albert Park de Melbourne, donde ganó por delante de su compañero y gran rival inglés Lewis Hamilton, triple campeón del mundo tras el curso pasado, que había salido desde la «pole».

Ambos firmaron un nuevo doblete para Mercedes, la gran dominadora de los últimos dos años, que puede resultar engañoso, si sólo se mira la clasificación de la primera de las 21 carreras del Mundial más largo de la historia, en la que el español Carlos Sainz (Toro Rosso) acabó noveno, por delante de su compañero holandés Max Vestappen. El alemán Sebastian Vettel, líder del cuatrienio glorioso de Red Bull entre 2010 y 2013, fue tercero en Melbourne y demostró que Ferrari puede competir por ganar.

Al menos así se dejó entrever en Albert Park, donde «Seb», tercero en la calificación del sábado con nuevo y muy controvertido método, rebasó antes de la primera curva a los dos Mercedes, sorprendidos también por el otro Ferrari del finés Kimi Raikkonen.

Hamilton, que había firmado su quincuagésima «pole», salió fatal y descendió al sexto puesto, superado asimismo por Verstappen y el brasileño Felipe Massa (Williams), que lo taponó durante las primeras cuatro vueltas.

La carrera quedó interrumpida, con bandera roja, durante aproximadamente un cuarto de hora, cuando Vettel lideraba por delante de Rosberg y Raikkonen, con Hamilton en séptima posición, justo por detrás de Sainz, que era sexto en esos momentos. Todos entraron en garajes y pocas vueltas tras reanudarse la carrera, a Kimi se le quemó el motor de su Ferrari, provocando la retirada del último campeón que festejó la Scuderia, en 2007. A pesar de la gran impresión, los de Maranello la pifiaron en una nueva entrada en boxes del «pequeño Kaiser», en el trigésimo quinto giro, que sirvió en bandeja el triunfo a Rosberg, que comandaba, por delante de Ricciardo y Hamilton, con Vettel cuarto, a 21 segundos. Un error de frenada de Lewis permitió que Vettel enlazase, pero justo después, a falta de cuatro vueltas, Hamilton que llevaba 36 vueltas con los neumáticos de compuesto medio salvó la segunda plaza cuando el alemán 18 con los blandos se pasó de frenada.