El Real Madrid y el Bayern Múnich fueron los más afortunados del sorteo de los cuartos de final de la Liga de Campeones y se enfrentarán al Wolfsburgo y al Benfica, respectivamente, para disfrutar de un regalo que no tendrán el Barcelona y el Atlético, protagonistas del duelo fratricida de la antepenúltima ronda de la competición.

Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del conjunto blanco presente en el sorteo celebrado en Nyon, podrá estar satisfecho por la eliminatoria que tendrá que afrontar su equipo. De todos los supervivientes, Benfica y Wolfsburgo eran los que todos deseaban y el Real Madrid fue uno de los clubes agraciados.

Sin embargo, el exjugador se mostró escéptico a la hora de analizar el emparejamiento. Fue claro: «la palabra "favorito" es peligrosa», dijo. Y no le falta razón. Aunque el Wolfsburgo jugará por primera vez los cuartos de final de la competición, no deja de ser un equipo alemán con una calidad enorme.

Históricamente, al Madrid no se le han dado bien los clubes germanos. En torneo a doble partido, los alemanes, junto con los italianos, son los que más veces han eliminado a los blancos. Hasta en ocho ocasiones a lo largo de los años han sido apeados de competiciones por equipos de esos países.

Ahora se tendrá que ver las caras ante una entidad presidida por un español, Francisco Javier García, con Dieter Hecking en el banquillo y con el grupo Volkswagen detrás. En 2009 ganó la Bundesliga y desde entonces se mantiene arriba en el torneo. Esta temporada, sin embargo, ha sufrido un pequeño bajón y marcha octavo en la Bundesliga.

Con nombres importantes como Draxler, 9 tantos en todas las competiciones esta temporada gracias a su desequilibrio, o Schürrle, el hombre que asistió a Götze para ganar el Mundial, el Madrid tendrá que tener las alarmas encendidas. También brillan Luiz Gustavo, mediocentro titular de Brasil, o Dante, un central rocoso. Regalo envenenado para el Madrid.

Pero esa no será la eliminatoria más dura ni la más atractiva. Los focos de los cuartos de final apuntarán al Barcelona-Atlético, un encontronazo superlativa entre dos conceptos futbolísticos contrarios.

El mejor ataque se enfrentará a la mejor defensa y el equipo de Luis Enrique tiene a la vista su mayor reto del curso. Y, los antecedentes, no son malos para él: desde que llegó al banquillo azulgrana, en Copa, empató un partido y ganó otro. En Liga, ganó los cuatro. La historia de enfrentamientos particulares está con el asturiano.