El deporte pone, en muchas ocasiones, a las personas al borde de lo inhumano. Eso fue lo que ocurrió en la VII edición de la Transilicitana, la vuelta al término municipal de Elche de 104 kilómetros que había que completar en menos de 24 horas. Una mezcla de locura y de poder comprobar el límite del cuerpo humano. Los más preparados, como el vencedor José Antonio Rojano, tardaron entre nueve y diez horas, pero los últimos tuvieron que sufrir toda la noche al intemperie, como fue el caso de Carmen López, que llegó a la línea de meta a escasos minutos de las diez de la mañana, después de 24 horas y 39 minutos por asfalto, barrancos, arena de playa y montaña.

Las pruebas de ultrafondo cuentan cada vez con más adeptos y la Transilicitana, una prueba que ideo Santos Carrascosa, un agente de la Policía Local de Elche, hace siete años, se están haciendo un hueco importante en el calendario de carreras de larga distancia españolas. Prueba de ello es que este año ha contado con cerca de 800 inscritos (780) de los que más de 600 tomaron finalmente la salida. La mayoría de ellos eran de la provincia de Alicante (630) y especialmente de Elche (416). Pero también hubo 58 inscritos de Murcia, 31 de Valencia, 23 de Albacete, 7 de Madrid y otros de lugares tan diversos como Castellón, Santander, Valladolid, Ceuta o Jaén. Incluso hubo participación extranjera como uno de Eslovenia y otro de Alemania.

La idea original fue recorrer los 104 kilómetros andando. Pero conforme ha ido aumentando la fiebre por el running de ultralarga distancia ha provocado que muchos hagan casi todo el recorrido corriendo, incluso algunos participantes no paran ni en los avituallamientos.

La Transilicitana es una prueba que gusta mucho a los participantes por la mezcla de recorrido urbano, barrancos, montañas y playas. Recorre la zona del Pantano de Elche, la Serra Llarga, la playa de Arenales, el Clot de Galvany, el Monte Castro y se llega a la línea de meta, situada en el emblemático Palacio de Altamira, por el cauce del río Vinalopó. En los primeros kilómetros hay que subir al Raco de la Morera y en el Monte Castro hay rampas de hasta el 14%.

Conforme va avanzando la noche y llegas a zonas de dura orografía al problema físico se le une el psicológico, porque ves de lejos las luces de la ciudad, pero aún tienes 40 kilómetros por delante. Las tiras reflectantes que coloca la Policía Local, organizadora del evento, junto al Ayuntamiento, va marcando el recorrido tortuoso.

Mucho sufrimiento, pero mucha satisfacción cuando llegas a la línea de meta. Este año, el ganador, José Antonio Rojano, de Benidorm, que hace carreras de montaña y entrena todos los días entre 20 y 25 kilómetros, empleó 9 horas y 25 minutos, casi 20 minutos menos que el vencedor del año pasado. La primera mujer fue Ann Selby, con 11 horas y 12 minutos. Todos merecen un monumento.