El entrenador del Barcelona, Luis Enrique Martínez, avisó ayer de que en una la Liga de tres puntos «cualquier despiste se paga caro» e insistió en que la competición no está decidida, a pesar de los cinco puntos de ventaja y un partido menos que su equipo tiene con el Atlético de Madrid.

El conjunto azulgrana visita esta noche (21.00/C+ Liga) al Rayo Vallecano, un rival del que Luis Enrique no se fía, especialmente por la filosofía atrevida de su entrenador, Paco Jémez.

«Va a ser un partido complicado. No va a haber un balón fácil. Habitualmente son partidos abiertos, en los que hay bastantes ocasiones de gol, y será incómodo independientemente del resultado que sea», explicó en la rueda de prensa previa al encuentro.

El preparador asturiano fue generoso en los elogios hacia Jémez: «Me hubiera encantado como jugador tener a un entrenador tan ofensivo. Me identifico mucho con él».

En este sentido, analizó que el del Rayo es de los pocos partidos del año en el que la posesión será «un factor secundario y lo prioritario será tener opciones de gol».

«La posesión es un medio para conseguir un fin. Me preocupa cero este aspecto. Espero que se den situaciones de uno contra uno y de transiciones. Vamos a tener que estar muy finos», avisó.

Después de la victoria del Atlético ante la Real Sociedad (3-0), el Barcelona goza de una ventaja de cinco puntos con respecto a los colchoneros, que se ampliaría a ocho, si hoy gana en Vallecas.

Preguntado por si la victoria de los rojiblancos añade presión, Luis Enrique insistió en que el campeonato todavía no está decidido: «Con el sistema de tres puntos, cualquier despiste se paga. Hay Liga, pero nunca hemos dicho lo contrario nosotros. Quedan muchos puntos todavía».

En este sentido, argumentó que el nivel de los entrenadores españoles es «más alto» y que los rivales, a pesar de la racha del conjunto azulgrana de 34 partidos sin conocer la derrota, cada vez les generan «más problemas».

Con vistas a hoy, se prevé que Luis Enrique no dé descanso a ningún miembro del tridente ofensivo formado por Luis Suárez, Leo Messi y Neymar, tres de los jugadores de campo más utilizados.

Al técnico se le preguntó en hasta tres ocasiones por si tiene previsto realizar alguna rotación para que estos tres jugadores lleguen frescos en el último tramo de la temporada. «Cada caso es diferente independientemente del perfil del jugador. No os preocupéis. Todo lo que hago es en beneficio del equipo», respondió.