Un grupo de personas corre en la arena lanzándose un frisbee. Aunque suena a típica estampa playera, se hace un poco menos común cuando sucede un miércoles de febrero, después de la caída del sol. Aún así, una decena de personas estaba puntual a las siete de la tarde el pasado 24 de febrero para comenzar el entrenamiento de novatos del Bárbaros Ultimate Alicante, el equipo local de ultimate.

Este deporte tiene una regla básica muy sencilla: si tienes el frisbee, no puedes moverte. Si el pase no se completa, sino que el disco cae al suelo, la posesión cambia y el equipo defensor pasa a atacar. Para anotar, debes recibir el frisbee en la zona de puntuación del adversario, al estilo de los touchdowns del fútbol americano. El juego se prolonga hasta que uno de los dos equipos consigue 21 puntos con diferencia de dos. Si hubiese empate a 20, se sigue jugando hasta que un equipo consigue la distancia de dos tantos o llega a 25. Cuando uno de los dos llega a 11, se hace un descanso de 10 minutos.

Pero, más allá del marcador final, el ultimate se define por la tremenda importancia que se le da al respeto, tanto a las normas como a público, compañeros o contrincantes. Tanto es así, que los equipos se puntúan entre sí siguiendo criterios como el conocimiento de las reglas, la resolución pacífica de conflictos, la actitud y, simplemente, si el comportamiento de los rivales te hizo disfrutar más del juego. Estas características son parte del «espíritu del juego», conocido por sus siglas en inglés, SOTG (Spirit of the game), o simplemente por Spirit. Es tan importante y está tan entroncado con la esencia del ultimate que ser el equipo mejor puntuado en Spirit tiene en muchas ocasiones más importancia que imponerte en los partidos.

El juego se disputa en un campo de 75 metros de largo y 25 de ancho, y se puede practicar tanto en la playa, donde los equipos tienen cinco jugadores, como sobre césped, donde hay siete. El ultimate se define como un deporte mixto, y a menudo los dos equipos se ponen de acuerdo sobre cuántos chicos y cuántas chicas van a alinear. Además, no hay un límite de edad, lo que se puede comprobar en el entrenamiento del Bárbaros, con asistentes de 17 años.

Existen campeonatos masculinos, femeninos y mixtos, como el que va a organizar la agrupación alicantina los días 2 y 3 de abril. El torneo «Qué barbaridad» atraerá hasta la playa de San Juan a 12 equipos de un altísimo nivel, incluyendo uno alemán y un combinado italo-eslovaco. Por si eso fuera poco, desde varios puntos de España acudirán equipos que pelean asiduamente por el título de campeón nacional.

Miguel López, del Bárbaros Ultimate Alicante, llamó a los alicantinos a disfrutar de este espectacular deporte como espectadores en ese primer fin de semana de abril. Los partidos se disputarán por la mañana en la arena de la playa de San Juan, a la altura del número 35 de la avenida de Niza, y todo el apoyo será poco para los locales en un torneo de tanto nivel.

Clases

La asociación empieza el próximo 2 de marzo a impartir clases regulares sobre césped en un curso del Centro 14, con las plazas ya prácticamente cubiertas. David García, fisioterapeuta deportivo alicantino y jugador habitual de ultimate, destaca de este deporte que existe «una baja posibilidad de experimentar lesiones traumáticas», ya que no hay contacto físico y «se prioriza el evitar chocar frente a la defensa o al punto». Además, la práctica del ultimate «trabaja tanto ejercicio aeróbico como anaeróbico», al combinar el constante movimiento de los jugadores con eventuales acelerones para alcanzar pases largos o interceptar un frisbee disputado con un rival.

No obstante, alerta que, como es común en los deportes que se llevan a cabo sobre la arena, aumenta el peligro de autolesiones, entre las que destaca «esguinces, sobrecargas o contracturas». Esto también se aplica sobre césped, ya que, pese a que la superficie lisa, no es tan blanda en caso de caídas.