Una canasta desde más de medio campo de Sergio Llull sobre la bocina dio el triunfo al Real Madrid ayer en la pista de un buen Valencia Basket, que dominó el encuentro hasta ese segundo final pero que finalmente sucumbió ante la genialidad del menorquín (94-95).

Cuando una canasta de Antoine Diot parecía haber acabado un encuentro al que apenas le quedaba un segundo y medio, Llull no perdió la fe, cogió el balón, recorrió un par de metros y lanzó para conducir a su equipo la victoria y silenciar a una incrédula Fonteta.

Si el Real Madrid se esperaba que el pasillo con el que le recibió el Valencia Basket tras su título de la Copa del Rey le condujera a un partido cómodo ante un rival en horas bajas, pronto se dio cuenta de que no era esa la habitación a la que le habían sacado. El Valencia quiso dominar el partido desde el inicio y lo logró. Intenso y concentrado en defensa, aprovechó la inspiración en ataque de Bojan Dubljevic y, sobre todo, del polivalente Luke Sikma para hacerse con las primeras ventajas. Después llegó la apoteosis final para el Real Madrid cuando parecía que Diot cerraba el choque con una «bomba».