El Atlético de Madrid venció su séptimo derbi con el argentino Diego Simeone al mando, con su plan táctico, el rendimiento colectivo de todo el equipo, el formidable esfuerzo físico del conjunto, la fortaleza defensiva y el gol del francés Antoine Griezmann como cinco claves para su triunfo en el Santiago Bernabéu.

Rendimiento colectivo

En el Atlético el colectivo es la prioridad por encima de cualquier individualidad. Es una cuestión innegociable para Simeone. Su equipo se movió como un bloque compacto, por momentos impenetrable, con cada uno cumpliendo el rol que le otorgó su técnico para el derbi en el Bernabéu. «Tiene que ser todo un bloque. El primero se mueve y que los otros se muevan como el primero», se escucha cada pretemporada en los entrenamientos de Los Ángeles de San Rafael.

El plan de Simeone

«El partido que me imaginaba sí era éste (...) Un partido muy pensado y trabajado», explicó el técnico argentino minutos después de concretar su victoria en el derbi. Desde su detallista diseño táctico del encuentro partió el equipo rojiblanco hacia su triunfo en el Santiago Bernabéu. Primero se intuyó una presión más alta, después retrasó algo más sus líneas, mejoró el equipo a partir del minuto 20 y manejó el ritmo cómo quiso y cuando quiso desde entonces hasta el final del encuentro, sin dejar ni una sola vía al potencial ofensivo rival.

Esfuerzo físico

Sólo 65 horas después del final del partido en Eindhoven, comenzó el derbi. En el partido del miércoles, el Atlético corrió 115,677 kilómetros, siete más que su oponente, llegó a las 6.00 horas del jueves a Madrid y sólo tuvo dos entrenamientos, de una hora cada uno, para preparar el duelo.

El factor Griezmann

El francés fue determinante en el derbi. Situado en la delantera, fuera de la banda en la que ha disputado bastantes encuentros este curso por las necesidades del equipo, se le vio suelto con la pelota desde el primer momento, además de sumamente implicado como siempre en el trabajo defensivo. Suyo fue el primer disparo a portería de su equipo, despejado por Keylor Navas con una estirada, y suyo fue el gol del triunfo, en una jugada encarrilada y culminada por él. Condujo el balón, esperó a la llegada de Filipe Luis, se la entregó y se desmarcó para recibir la vuelta del pase y marcar gol con su perfecta definición de siempre.