­El Orihuela hizo bueno el dicho popular de «a entrenador nuevo victoria segura», y ganó por la mínima un partido con poco juego y escasas ocasiones, en el que terminó pidiendo la hora ante la insistencia de último momento del Muro por empatar, algo que evitó en dos ocasiones claras el guardameta local Emilio.

Antes de iniciarse el partido se guardó un minuto de silencio en memoria Nando Yosu, que fue entrenador del desaparecido Orihuela Deportiva en Segunda División A. Desde el principio del choque se observó que el protagonismo lo iba a coger el juego de mucha garra, lucha y entrega. Algo que impidió que fuera vistoso para los aficionados.

En una primera parte con muchas interrupciones y con poco juego, se adelantó en el marcador el Orihuela muy pronto. Corría el minuto 7 cuando Juanjo robó un balón cerca del área que fue decisivo. Hizo el pase hacia el hueco donde Raúl regateó a los contrarios y marcó a placer.

La respuesta visitante tardó en llegar y fue a balón parado. Un saque de falta terminó con un remate de cabeza que se marchó fuera junto al palo. En este primer periodo ya no hubo nada más que destacar, además de los continuos parones en el juego por faltas y salidas del balón del terreno de juego, hasta que en tiempo añadido Kikin consiguió rematar junto al palo para poner a prueba al guardameta local Emilio, que despejó sin excesivos apuros.

En la segunda parte, Franco evitó el segundo gol en el minuto 17 y a partir de ahí fue el Muro quien tuvo las ocasiones más claras con un remate al larguero de Kikin y con dos paradones de Emilio que evitaron el empate, todo ello en los últimos minutos de partido. Al final, tres puntos que invitan a soñar.