Un gran gol de James en los momentos de más dificultad en el Santiago Bernabéu del Real Madrid desde la llegada de Zidane, sacó airoso al equipo blanco de un duelo trepidante ante el Athletic Club (4-2), que puso en apuros a base de presión a un rival que resucitó con el regreso de la imagen decisiva del astro colombiano y un doblete de Cristiano Ronaldo.

Cristiano abría el espectáculo a los tres minutos de alzarse el telón. En esta ocasión el rival subía el listón. Un Athletic valiente, con planteamiento notable de Valverde, examinaría la solidez madridista.

La ausencia insustituible de Marcelo dejaba a Zidane sin su único lateral zurdo nato. La confianza y la falta de ella en Carvajal y Danilo provocaba que fuese el canterano el que se desplazase al costado izquierdo. Gran parte del peligro del Athletic llegó por el derecho. Con el brasileño siempre superado, como un flan tembloroso ante la presión del público del Bernabéu que ya lo ha señalado.

Los méritos del Athletic no tuvieron acierto rematador. El tanto del empate llegó con un regalo en la falta de entendimiento entre Varane y Keylor Navas. El central francés erró al ceder hacia su portería y el portero precipitó su salida. Cuando quiso lanzarse por el balón era imposible llegar. Eraso marcó a placer, a puerta vacía.

Las continuas llegadas del Athletic, fruto de su buena colocación y el sistema de Valverde, sacaban a relucir el único momento de dudas del equipo de Zidane como local. Beñat con De Marcos volvían a generar peligro ante una zaga sin respuestas. Fue justo cuando apareció James. Disfrutaba del partido, con mucha movilidad, asociándose con sus compañeros cuando generó una acción en la que se perfiló, se acomodó ante dos rivales a su zurda y colocó un balón imposible para Iraizoz. Por primera vez en su peor campaña volvía a sentirse decisivo. Así lo celebraba, repleto de rabia.

El castigo excesivo llegaba cuando los equipos estaban a punto de dirigirse al vestuario. Cristiano cedía a Kroos, que sacaba un derechazo potente a la red.

Defensivamente mostró el equipo de Zidane un aspecto a mejorar, le remataron todos los centros desde las bandas, acción convertida en la principal baza de peligro de los de Valverde. Merino probó suerte y Elustondo acabó marcando sobre la hora cuando el duelo ya estaba sentenciado.