El ansia por acomodarse entre las más grandes de la historia del tenis femenino estimula las expectativas de la estadounidense Serena Williams, primera del mundo, que pretende en el Abierto de Australia sumar su vigésimo segundo torneo grande y alcanzar así la cosecha legendaria de la alemana Steffi Graff. Serena, que aspira a sus 34 años a su séptimo trofeo en el Melbourne Park (2003, 2005, 2007, 2009, 2010, 2015), igualaría a la germana y se quedaría a solo dos (24), de la australiana Margaret Court, la jugadora con más triunfos de Grand Slam en la «era open». Pocas jugadoras pueden ensombrecer la dictadura que en los últimos tiempos ha establecido la menor de las Williams.