El Atlético de Madrid tomó anoche el liderato de la clasificación de la Liga agarrado al atrevimiento, el regate, la llegada y el gol, con la colaboración del meta Diego Mariño, que fabricó el centrocampista ghanés Thomas, quien desbloqueó un partido áspero contra el Levante, encaminado al empate hasta su irrupción en el campo, vital para lograr tres puntos esenciales.

Era ya el minuto 72 cuando Thomas entró en el terreno de juego. Nueve después, con tanta convicción como el pasado miércoles en Vallecas, asumió la responsabilidad, encaró a la defensa contraria, condujo la pelota, se metió en el área y alivió los problemas del Atlético al crear el único gol del partido, el que le guía hasta la primera posición. Mariño, en su intento por atajar el balón con un brazo, acabó impulsando con el otro el balón hacia su portería.

Así aprovechó su equipo el camino que le había abierto unas horas antes el empate del Barcelona contra el Espanyol, lo recorrió con apuros en su duelo contra un Levante hundido en el fondo de la tabla y mermado por un puñado de bajas para la visita al Calderón y lo culminó como líder. No ocupaba ese puesto desde hace año y medio.

Aún está pendiente del partido aplazado que tiene el Barcelona con el Sporting de Gijón en El Molinón, previsto para el 17 de febrero, pero mientras tanto ya está en la cima. Un ascenso con dificultades, pero con números sobresalientes: una sola derrota en los últimos 17 choques oficiales y once victorias en doce choques.

La más reciente anoche contra el Levante, trabajada, mucho más de lo que preveía la situación en la tabla de ambos. Mérito de las ideas tan definidas con las que salió el conjunto valenciano, mucha concentración, repliegue intensivo cada vez que el Atlético proponía ataque y rigor táctico para limitar espacios y riesgos.

No le importó que la posesión fuera del Atlético. Cuando un rival se cierra, el conjunto rojiblanco sufre problemas. Ya le ha pasado unas cuantas veces esta temporada. Se atasca en los últimos metros ante tanto futbolista rival y ayer entre su propia imprecisión, la que evidenció para mover la pelota y centrarla desde los costados.

Salvo la ágil parada de Mariño a Jackson Martínez, en el minuto 5, el Atlético no encontró remates en jugada dentro del área en todo el primer tiempo, bien por intervención del guardameta, bien por falta de rematador o bien por el poste, que repelió un cabezazo de Stefan Savic entre tanta irregularidad.

Tras el descanso, Koke remató al larguero, el Levante se creció y Thomas apareció para sentenciar.