El Atlético de Madrid, que esta noche recibe al Levante en Liga, recurrió de nuevo al mercado de invierno, como en las dos últimas temporadas, con el fichaje del argentino Augusto Fernández, que refuerza el medio centro, la competencia interna y la ambición del equipo para este curso, tras la lesión del portugués Tiago Mendes.

Con todos los frentes abiertos y todas las aspiraciones intactas en las tres competiciones -es segundo de la Liga española, está en octavos de la Liga de Campeones y en la misma ronda de la Copa del Rey-, el conjunto rojiblanco suma un efectivo más en una posición determinante en el esquema de Simeone este curso.

Dentro del 4-3-3 sobre el que se ha desenvuelto el equipo en muchos momentos de las últimas semanas, en buena parte de esa racha de nueve victorias seguidas frenada el 20 de diciembre con una derrota 1-0 en Málaga, el puesto por delante de la defensa es clave. Ahí, con una naturalidad, una experiencia, una fortaleza y una inteligencia imponente, jugaba Tiago.

Su fractura de tibia, el 28 de noviembre en el duelo contra el Espanyol y que le mantendrá al menos unos tres meses más de baja, abrió ahí un hueco en el que el técnico ha contado primero con Saúl, después con Gabi y ahora tiene otra dos opciones más: Kranevitter y Augusto, que también puede jugar en más lugares del medio, en banda, más adelantado o más atrás. En los últimos tiempos en el Celta, Augusto ha jugado como medio centro por delante de la defensa, más centrado que en su posición de banda original. Le conoce Simeone, con el que ya coincidió en River Plate cuando ambos ganaron el Torneo Clausura en 2008 y está adaptado a la Liga. Firma por lo que queda de temporada y tres más.