El Celta de Vigo conserva su cuarto puesto en la Liga después de ganar por la mínima al Espanyol, un triunfo materializado con una genialidad de Iago Aspas y no exento de sufrimiento para los celestes, ya que su rival, con un hombre más desde el minuto 46, rozó el empate a falta de seis minutos con un remate de Raillo.

El Celta se adueñó del balón desde el inicio pero apenas creó peligro a un Espanyol bien plantado, con dos líneas de cuatro muy juntas y esperando su oportunidad al contraataque o en una acción a balón parado.

Buscaba con ansia el equipo vigués el gol, y lo encontró al filo del descanso con una obra de arte de Aspas: cogió la pelota en el centro del campo, se marchó con calidad del central Álvaro y con una espectacular vaselina levantó a los aficionados de sus asientos.

Los celestes dispusieron de ocasiones para sentenciar pero unas veces los palos (Aspas en el 47 estrelló su disparo en el larguero y Bongonda en el 61 en el poste) y otras la falta de acierto de Nolito (min.50) y Aspas (min.52) alargaron el sufrimiento gallego.