El alemán Nico Rosberg ganó el Gran Premio de Abu Dabi, la última carrera del Mundial de Fórmula Uno, que hacía tres carreras se había anotado matemáticamente su compañero inglés Lewis Hamilton, al que relegó al segundo puesto, arrebatándole el broche de oro en el cierre del segundo año triunfal de Mercedes.

Rosberg, de nuevo subcampeón, salió primero en Yas Marina tras lograr su sexta «pole» consecutiva el sábado la séptima de 2015, y sólo cedió provisionalmente el liderato, a su antagonista británico, en la primera de sus dos paradas.

En una carrera en la que Mercedes cerró de forma brillante su segundo año triunfal, con dos nuevos récords, al firmar su duodécimo doblete del año y acabar el Mundial de constructores -que ya había revalidado en octubre el Gran Premio de Rusia- con 703 puntos, dos más que la temporada pasada y sin la controvertida regla de puntuación doble en la última carrera.

Hamilton, de 30 años, ya había festejado su tercera corona el pasado 25 de octubre en Austin (Texas), tras ganar el Gran Premio de Estados Unidos, que supuso su décima victoria del año.

Carlos Sainz (Toro Rosso), de 24, hijo del doble campeón mundial de rallys de mismo nombre, acabó con nota alta una temporada en la que sólo los fallos estratégicos y la falta de fiabilidad evitaron que acabase más adelante. El debutante madrileño fue undécimo y no puntuó, pero acabó la última carrera por delante de su compañero holandés Max Verstappen, el mejor neófito del año (duodécimo, con 49 puntos) al que superó en el duelo interno de calificación (10-19). Sainz fue, por primera vez en quince años, el mejor español en un Mundial de Fórmula Uno, al acabar decimoquinto, con 18 puntos, siete más que Fernando Alonso, que respiró, aliviado por el final una temporada de pesadilla, la peor de toda la historia de McLaren, en su reencuentro con el motorista japonés Honda. Tras usar doce motores, con las consiguientes penalizaciones que le hicieron salir casi siempre desde el fondo de parrilla; y con ocho abandonos, Alonso completó su «annus horribilis», en su regreso a la escudería que preside Ron Dennis, con un decimoséptimo puesto en Abu Dabi.