Después de tres partidos consecutivos lejos de Los Arcos, por los trabajos de resiembra de su terreno de juego, el Orihuela regresa el domingo, a las cinco de la tarde a su casa, frente al Buñol, con un césped totalmente renovado y en perfectas condiciones, que le permitirá al equipo de Gabi Correa ofrecer su mejor fútbol.

La última vez que el conjunto escorpión pisó la hierba de Los Arcos fue el 25 de octubre, coincidiendo precisamente con el último partido que ha perdido hasta el momento, cuando cayó derrotado por 0-1 ante el Elche Ilicitano. Después de aquella jornada comenzaron los trabajos de resiembra y el equipo jugó en Castellón, donde ganó por 1-2; recibió como local al Torre Levante, en un partido que se disputó en el campo de El Molino de Bigastro y que terminó con victoria oriolana por 1-0; y viajó a Benigànim, donde venció por 2-3.

El domingo, el Orihuela regresará a su casa con los nueve puntos posibles ganados bajo el brazo, de las tres jornadas en las que ha estado lejos de Los Arcos, con la intención de estrenar el nuevo césped con buen juego y con otra victoria que sirva para seguir ilusionando a la afición.

Aunque el equipo no puede entrenar todavía en su terreno de juego para no estropearlo, el técnico Gabi Correa sí se ha acercado a las instalaciones para observar el estado del césped, del que ha asegurado que «da gusto ver el campo ahora». El preparador uruguayo apuntó que antes de la resiembra ya le perecía un campo muy grande, pero ahora «me parece todavía mayor, de unas dimensiones espectaculares para jugar al fútbol, algo que nos va a ayudar mucho a nuestra manera de juego». Admite que falta que el césped coja un poco de fuerza, pero aún así «está espléndido y es una alegría para los jugadores y para nosotros como cuerpo técnico que esté en esas condiciones», destacó el entrenador.