Los dos tantos salineros fueron a balón parado y, prácticamente, no hubo más ocasiones claras del Torrevieja. Sin grandes alardes, el Benigànim merodeó el área contraria, sobre todo, en la segunda mitad. Por ello, la parroquia local estuvo intranquila hasta el pitido final. Tres puntos y gracias.

En la alineación torrevejense se echaron en falta jugadores en la parcela ancha que dieran la suficiente circulación al esférico y que se asociaran con el resto de compañeros. Lewis trabajó a destajo, quedó patente el buen momento de Banderas y Martin volvió a ser un muro. Se echó en falta la fluidez ofensiva que los salineros habían tenido otras jornadas.

No obstante, el Torrevieja, con varios jugadores que superan el 1.80 de altura, supo sacar partido a su pegada en la estrategia, lo cual les permite adelantar al Benigànim en la tabla e ir poniendo distancia con la delicada zona de descenso. El primer gol nació en una falta botada por Rubén Suárez, que cabeceó Quintero a la red. Cabe destacar que éste último jugador, a pesar de ser central, lleva ya tres goles en liga y el técnico local Pedreño también lo suele alinear por delante de la defensa.

En la reanudación, cuando apenas se había cumplido un minuto de juego, una falta calcada a la del primer gol, botada por Suárez, encontraba el testarazo de Javi Selvas para establecer el 2-0.

A partir de entonces, el choque entró en una fase muerta, con el Torrevieja llevando el partido a su terreno, pero Benigànim se fue creciendo. En un acercamiento, el ex-jugador del Torrevieja Koeman inició una contra que acabó en él introduciendo el esférico dentro de la portería. Hubo alguna llegada más sin mucho peligro.