Se marchó a Sevilla hace seis años para competir en una de las mejores escuelas de remo de España y ahora apura sus posibilidades para clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río. Asume que es muy complicado, pero tiene claro que hará todo lo que esté en su mano para cumplir un sueño. La mirada de Rubén Padilla ya está puesta en el preolímpico de mayo en Suiza. Allí se juega la plaza. «Está muy caro porque somos muchos de toda Europa y pocos los que van. En mi modalidad sólo va uno, con lo que es dificilísimo, pero quiero seguir intentándolo».

La historia de esta perla que forma parte del Proyecto FER ,y que de momento atesora un bronce en el Mundial sub'23 como principal logro, se centra cada mañana en las aguas del Guadalquivir. Es ahí donde se esfuerza cada día para ser mejor remero y hacer realidad su sueño de ser algún día olímpico. Un sueño por el que ha tenido que renunciar a muchas cosas como cambiar Alicante por Sevilla y vivir alejado de su familia. «Me he acostumbrado y estoy muy bien aquí, pero más adelante regresaré a Alicante», afirma el remero alicantino, que entrena mañana y tarde y en los ratos que tiene prepara oposiciones a Policía Nacional.

Padilla elogia mucho el Proyecto FER. «Me parece una gran iniciativa, están muy encima mía y eso se agradece, es un apoyo económico muy importante para poder entrenando lejos de casa»,señala el remero alicantino, que pide más ayuda para los deportistas. «La Federación ya no concede becas, sólo nos queda el ADO del que me quedé fuera por siete centésimas», recuerda: «Para poder beneficiarte de la beca ADO tienes que estar entre los doce primeros del ranking mundial y me quedé muy cerca».

El remero alicantino tiene muy claro que todo el esfuerzo de todos los años y su traslado a Sevilla ha valido la pena. «Estoy muy contento por todo lo que he conseguido aquí y espero poder seguir mejorando», señala.

En ese empeño por mejorar fue lo que llevó a marcharse de Alicante, ya que a la hora de competir se veía en desventaja respecto a los rivales que entrenaban en río. Fue una decisión dura, ya que se considera una persona muy familiar, y aunque hubo momentos complicados no se arrepiente porque es consciente que las aguas del río Guadalquivir ha sido su mejor pasaporte para acercarse a su gran sueño de luchar por ser olímpico. Una meta en la que también se embarca su familia.

Su mejor temporada fue en 2014. Durante ese año hizo 10º en el Campeonato de Europa en Belgrado, 9º en la III Copa del Mundo en Lucerna y 18º en el Campeonato del Mundo en Ámsterdam. Y es que le debe mucho a las aguas del Guadalquivir, lugar donde entrena cada mañana para ser el mejor remero y cumplir el sueño de ser olímpico.

De momento, espera el Preolímpico de Lucerna (Suiza), del 22 al 25 de mayo de 2016. Allí buscará su ansiada plaza.