En un partido que se le estaba poniendo feo a un Barça al que se le atragantó un eficaz y combativo Villarreal, apareció Neymar, después de haberse peleado con media defensa y el árbitro, y decidió salir en todas las fotos, con dos tantos, uno de belleza extrema, y tras haber cedido a Luis Suárez el lanzamiento de un penalti.

Fue una actuación por la que nadie hubiese apostado, después de una primera parte, y un arranque de la segunda, en la que había muchos temores sobre si Neymar acabaría el partido expulsado, por la tensión que se estaba viviendo.

Pero al Villarreal la gasolina llegó hasta que Neymar abrió la lata y sobre todo tras el gol de Suárez, en un claro penalti de Costa a Munir, para acabar rematando con el tercero de Neymar, en el que ofreció su mejor versión de futbolista comprometido con la plasticidad y el espectáculo.

Como en el primera parte, el Barcelona volvió a someter a su rival, aunque ya en estos minutos el equipo de Marcelino había dado un paso atrás y en una presión acertada azulgrana, el balón fue a los pies de Busquets, quien vio a un Neymar que entraba por la izquierda, y el brasileño esta vez sí que fue resolutivo al marcar gol.

Dos minutos después, Iniesta tuvo el segundo, pero falló ante un Areola que estuvo acertado. En la contra, el Villarreal también la tuvo cuando Denis se marchaba solo y Piqué lo derribó, viendo una amarilla, que los rivales solicitaron al árbitro que fuese roja.

En el minuto 70 se le puso de cara el partido al Barcelona por un penalti de libro, en el que Munir controló y Jaime Costa lo arrolló, hecho que le valió la amarilla. Suárez, tras cederle el balón Neymar, marcó desde los once metros.

Neymar también escribió un renglón con uno de los tantos del curso. Mientras el Camp Nou se arrancaba en ánimos hacia Messi, Neymar envió un balón a Suárez, que devolvió al brasileño, éste le hizo un sombrero de espaldas a Costa y de volea marcó el tercero.