Pasaron tan sólo tres horas desde que se abrieron las taquillas del Rico Pérez y ya se rumoreaba en la cola que las entradas se estaban agotando. Veinte minutos más tarde el rumor se hizo realidad y los técnicos colocaron el cartel de «no hay billetes» dejando a más de 500 personas sin pase. Muchos no se lo acababan de creer tras más de cinco horas en una cola que se resistían a abandonar. «Alguna quedará, no puede ser», gritaron algunas aficionadas con los ojos vidriosos. De repente, se abrió un pequeño hilo de esperanza. Una taquilla seguía funcionando y los aficionados viraron los ojos hacia esa pequeña ventanilla con el objetivo de conseguir un billete para el España-Inglaterra del próximo viernes. Craso error. Era únicamente para los seguidores ingleses previa presentación del pasaporte. Todos ellos ubicados en el Fondo Sur.

Las 2.500 entradas que la Federación sacó a la venta para el público en general se agotaron tal y como estaba previsto. Por ello, se montó un importante dispositivo de seguridad. Prácticamente se rodeó el Rico Pérez de Policía Nacional más la seguridad privada que controlaba de cerca las taquillas. No se registró ningún incidente pese a la indignación de los cerca de 500 seguidores que se quedaron con las ganas de conseguir una entrada.

Los primeros en fotografiarse con las localidades recién sacadas fueron los que pasaron la noche frente a las taquillas. «Era la única forma de asegurarnos una entrada», señaló un orgulloso Juan Antonio, que vino de Novelda y posaba orgulloso con sus dos entradas.

Con absoluta puntualidad se abrieron las taquillas a las diez de la mañana. La cola llegaba hasta prácticamente Aguas de Alicante con aficionados mentalizados para pasar horas en los aledaños del Rico Pérez. Muchos conscientes de que la espera podía ser valdía, pero sin perder la ilusión por estar el día 13 en la grada. Pasaban los minutos y la cola apenas se movía. Tres taquillas abiertas, dos entradas por persona y los primeros cálculos para saber si toparían con la ventanilla abierta o cerrada. Un tuit de la Federación aclaró que se ponían 2.500 entradas a la venta. Conseguir un billete se iba convirtiendo en algo reservado para privilegiados. De cualquier forma nadie perdía la ilusión mientras las taquillas siguieron abiertas.

La mayor presencia de policía a medida que pasaban las horas delataba que las entradas no iban a durar mucho. Las últimas localidades fueron las de 45 euros, aunque sólo duraron unos minutos. La alegría de los agraciados y sus «selfis» con las entradas contrastaba con el profundo enfado de quien había estado cinco horas de pie en la kilométrica cola.

Ha habido aficionados que han hecho cola para conseguir su entrada desde las 23.00 horas del miércoles, algunos empezaron a llegar a partir de las 2.30 horas y la gran mayoría lo hicieron a partir de las 6.00 horas.

Para los que no pudieron conseguir un pase, la Federación informó ayer de que el día del partido se pondrán a la venta alrededor de un millar de entradas.

La expectación que ha levantado el partido entre España e Inglaterra es máxima, como quedó patente al agotarse en menos de diez horas las 8.000 localidades puestas a la venta por Internet el 21 de octubre.