Hay que tener mucha afición para trasnochar o darte el madrugón y levantarte a las cuatro y aguantar delante de la televisión para ver las carreras durante cuatro horas seguidas. Pero ayer mereció realmente la pena ya que pudimos ver la que sin duda ha sido la mejor carrera no solo del año sino de las últimas décadas. Hacía tiempo que no se veía un espectáculo tan grande como el que se dio en la carrera de Motogp. Hay que retroceder a principios de los 90, cuando los pilotos no disponían de ayuda electrónica ni de control de tracción, y acordarse de las épicas luchas que mantenían en la pista, Gardner, Rainey, Schwantz y Lawson para disfrutar tanto de una carrera como disfrutaron los que presenciaron ayer el GP de Australia. Y es que las carreras en Phillip Island siempre son especialmente bonitas en el que es tal vez uno de los mejores circuitos del calendario situado en un enclave paradisiaco al sur de Melbourne en una pequeña isla bañada por el mar de Tasmania. Fue una carrera digna de un mundial. De las de antes; en la que se pudo ver la belleza plástica de este deporte en su grado máximo. Márquez, Lorenzo y Rossi, con Iannone como artista invitado fueron los cuatro magníficos. Hachazos como los que le metieron Márquez a Lorenzo (por el primer puesto) e Iannone a Rossi (por la tercera plaza del podio) en la última vuelta hacía mucho tiempo que no los veíamos en la categoría reina. Quedan cincuenta puntos en juego y a buen seguro que desde ayer Lorenzo será mucho más amigo de Iannone ya que el carrerón de éste ha dejado su diferencia con respecto a Rossi en tan solo once puntos en la lucha por el título. Por su parte Márquez apareció en todo su esplendor y pese a que él no es de los que protesta quiso demostrar que su moto le ha traicionado durante toda la temporada. Faltan dos carreras para que concluya la temporada y visto lo visto puede pasar de todo. La emoción está servida y en Malasia y en el Ricardo Tormo de Cheste, los dos pilotos se volverán a batir en su lucha por el campeonato. Rossi sigue dependiendo de si mismo pero el mallorquín ha demostrado ser el más fuerte este año. Las espadas siguen en todo lo alto y nos espera un final de campeonato vibrante y apasionante. Lo mejor que no solo van a ser protagonistas los dos aspirantes al título, sino que Iannone y Márquez -esperemos que Pedrosa también igualmente tendrán mucho que decir.