A mediados de los 90 hubo un patrocinador potente, Beefeater, que determinó que hubiera resúmenes de la Liga Nacional de fútbol americano en Tele 5 y Antena 3. Cuando cobró especial relevancia fue el día que los medios se hicieron eco del fichaje de Jesús Angoy por los Barcelona Dragons. El yerno de Johan Cruyff decidió aceptar una propuesta para ser su kicker (chutador). Atrás dejaba sus temporadas como portero suplente del Barça. Lo que en principio se convirtió en una noticia con tintes humorísticos pasó a cobrar relevancia informativa. Angoy lo bordó. Se llenaba Montjuic. Fue el mejor chutador durante 3 años de toda Europa. Hasta el punto que los Denver Broncos, uno de los mejores equipos de la NFL, quisieron llevárselo. Voló a Estados Unidos para probar y tras 15 días decidió echarse atrás porque añoraba a sus seres queridos.
Punto y final. Tras aquella historia, que ocurrió hace 16 años, disminuyó el interés mediático por esta disciplina deportiva. No para Manuel Gómez, que se enamoró del fútbol americano en la Universidad de Gijón. En cuanto regresó a Alicante, hace 11 años, implantó en una urbanización de Vistahermosa la semilla de los Alicante Sharks. Nació de forma light, en la modalidad flag, que consiste en agarrar una cinta del contrario en vez de placarlo, y lo juegan 5 jugadores por cada equipo.
Hace seis años, la última voluntad de Gómez como presidente del Sharks fue constituirlo como equipo federado y comprar corazas. Otros cogieron el testigo. Entre ellos, Rogelio Pargo, que se pasó cuatro años en la vicepresidencia y ahora es la cabeza visible. Este madrileño de 44 años aprendió este deporte en la base militar americana de Torrejón de Ardoz. «La influencia de USA es total de una forma u otra. Por ejemplo, el nombre de Sharks (Tiburones) fue un guiño que quisimos tener con la ciudad por estar pegada al mar. Es cierto que aquí no hay tiburones pero poco íbamos a intimidar si nos llamamos Doradas».
El equipo senior compite en la Tercera División (Liga C) a nivel nacional. Primero, juega una fase territorial, compuesta por equipos de la Comunidad Valenciana y Murcia. Unos 10 partidos de media. De quedar primero se acude a los play-off nacionales. A esta fase llegó la pasada campaña tras ganar nueve partidos de 10. Consecuencia de su línea triunfal fue deshaciéndose de rivales hasta plantarse en la final, el Gijón Mariners. La pena es que apenas plantó cara. «Cogimos un bus en Alicante y nada más bajar competimos. Llegamos diezmados, sin apenas descanso. No hubo noches de hotel, ni antes ni después», comenta el entrenador Jesús Cosie.
Esta es la vida diaria de unos jugadores que juegan al fútbol americano por amor al arte. No es que no cobren, es que pagan. Hay extranjeros potentes, como un ucraniano que pesa 120 kilos y mide más de 2 metros, pero el club no se gastó un euro en él. Vivía aquí. Al ser un deporte amateur, los fichajes llegan porque andan por la zona. La parte de negativa de no ser profesional es que la gente dice adiós por temas laborales o por estudio. Como ha sido el caso de cuatro ex miembros.
El equipo alicantino debuta en la nueva temporada el 7 de noviembre ante el Cehegín en Murcia. En casa no se estrena hasta el 28 contra La Nucia Spartans. «La plantilla es más cortita pero no debería ser una Liga que nos creara problemas hasta la final territorial. Han entrado cuatro novatos. Principalmente me preocupa que funcione la cantera, el futuro», recuerda el técnico. En la Liga regular compiten 9 y 25, en el caso de los Sharks, esperarán su oportunidad en el banquillo. El movimiento de entradas y salidas es rápido porque los 9 que atacan no suelen ser los 9 que defienden.
El club cuenta con 100 fichas inscritas y son 250 los que se animan a ir a al campo Joaquín Villar. Nada que ver con los más de 50.000 espectadores que se dieron cita en el Washington Redskins-Atlanta Falcons de hace unos días. Otro mundo.
