­El Torrevieja se adjudicó un derbi intenso que, por momentos, recordó a las históricas confrontaciones entre ambos equipos por la supremacía comarcal. Saltaron chispas por momentos en los balones divididos entre Juanma y Franco, o en fricciones con Brani y Chema, o éste con Banderas, en pleno esfuerzo, primando no obstante la deportividad. A la postre, el Torrevieja logró su primer triunfo con su actual denominación en Tercera División contra el eterno rival.

En la primera parte los locales intentaron anular la creatividad visitante y cuando apenas se habían registrado un par de acercamientos por cada bando una internada de Vicente Boix terminó en un centro que, según el colegiado, Franco tapó con las manos, decretando pena máxima. César no desaprovechó, y poco después dispuso de un remate para ampliar la cuenta que no llegó a entrar. En la reanudación Correa, técnico visitante, reorganizó a su equipo cambiando de banda al lateral Álex García y retrasando a Chema de la punta al lateral derecho. El Orihuela ganó amplitud e intentó entrar más por las bandas, lo cual no había logrado en la primera parte, en la que fue muy previsible. A pesar de ello, los salineros seguían bien organizados, hasta que un eslalon de Brani en diagonal terminó en la red y llevó la euforia al graderío.

Poco antes, la afición local casi canta gol tras una melé en el área orcelitana precedida de un saque de esquina, y Quique Espinosa dispuso de la mejor ocasión de los escorpiones obligando a lucirse a Óscar en un disparo cruzado, y previamente, también César dispuso de una opción pero Pastor cortó a tiempo. Aunque el Orihuela trianguló bien por momentos, en especial cuando logró que el Torrevieja retrocediera más de la cuenta, nunca llegó a tener profundidad, y los salineros, con un dibujo que se asemejó en varias fases al del «falso 9», poblando el centro del campo y dificultando las referencias en ataque a la zaga rival, estuvieron más cómodos durante la mayor parte del choque explotando su velocidad y con un notable esfuerzo colectivo en general que fue recompensado por una generosa ovación del público.

De todas formas, por parte torrevejense cabe destacar la labor del capitán, y jugador formado en la cantera local, Jorge Carmona, que se mostró inexpugnable en su vuelta a su demarcación natural, la de central, tras varios encuentros jugando más adelantado, en la medular, sumándose ayer incluso al ataque en alguna ocasión con gran coraje y provocando los aplausos del respetable.

De hecho, toda la afición británica se puso de acuerdo para concederle por unanimidad el galardón al futbolista más destacado del encuentro.

Asimismo, en el terreno anecdótico, otra prueba de la intensidad del clásico comarcal fue que al bloquear el propio Jorge un remate de Chema el balón reventó, lanzándolo a la grada el meta local Óscar a modo de recuerdo.

Por otra parte, dos jugadores salineros como Adrián Banderas y Martín Gerad se retiraron, finalmente, lesionados. En el caso de este último jugador, de origen africano, estaba atravesando un momento de forma excepcional, ofreciendo ayer un enorme derroche físico no exento de técnica que fue importante para que los avances del equipo oriolano fueran bastante espesos.

Por lado local, fue el segundo partido de la temporada, tras nueve jornadas, en el que empezaba cobrando ventaja el cuadro torrevejense, lo cual permitió al cuadro de Pedreño, técnico anfitrión, quitarse mucha presión de encima en el partido. Suma y sigue.