La figura de Gerard Piqué volvió a dividir a la afición en el último partido disputado por la selección española, el viernes en Logroño contra Luxemburgo (4-0). El jugador del Barcelona fue pitado por una parte de la grada de Las Gaunas, mientras que la otra reconoció su esfuerzo y le despidió con una ovación. Tras el encuentro, el azulgrana fue contundente ante los medios: «Esta es mi casa y mi familia. Llevo viniendo aquí desde el primer día que me llamaron y siempre he recibido cariño y buen trato. No se puede dudar de mí, la selección es cosa mía. Espero que pase y se hable de fútbol. Estamos cambiando la tendencia, los pitos se escuchan más fuerte que los aplausos pero vamos a mejor. En ningún momento encontrarán algo que haya dicho negativo de la selección o de este país».

El próximo partido que disputará Piqué con la selección en territorio nacional será el 13 de noviembre, en el amistoso contra Inglaterra que acogerá el Rico Pérez. Este encuentro, que servirá como preparación para la Eurocopa 2016, enfrentará a la campeona del mundo de 2010 contra la de 1966. Los ingleses han conseguido el billete para el torneo continental que se disputará en Francia en un grupo en el que les han acompañado Suiza, Eslovenia, Estonia, Lituania y San Marino.

Por otra parte, la selección viajó ayer desde el aeropuerto de Foronda a Ucrania, donde mañana disputará en Kiev su último partido de la fase de clasificación de la Eurocopa 2016, sin los lesionados David Silva y Álvaro Morata.

Los de Del Bosque afrontan el partido en Ucrania con la clasificación ya asegurada y ante un rival que se va a jugar su presencia en la Eurocopa del año próximo.