El sepelio ayer por la tarde en el Tanatorio de Carrús de Carlos Álvarez Fortes volvió a reunir a la familia del baloncesto de Elche como hacía años que no ocurría y, en esta ocasión, para un momento de tristeza. Jugadores de varias generaciones, entrenadores y compañeros se sumaron a un largo duelo que comenzó el pasado sábado, a última hora de la tarde, cuando se supo del repentino fallecimiento, a los 60 años. Deja viuda y dos hijos.

El que fue jugador, entrenador y presidente del Club Baloncesto Elche deja un recuerdo imborrable en cientos de jóvenes ilicitanos y el largo fin de semana, hasta el sepelio civil de ayer por la tarde, ha dado lugar, recordaba su viuda, a descubrir cuánto se le quería y se le recordaba. Responsables de clubes de media provincia, árbitros y padres de niños a los que formó en este deporte durante décadas se sumaron a este homenaje colectivo.