Anticipación, capacidad de reacción, explosividad, técnica y, sobre todo, psicología. Según la NASA, el tenis de mesa es el segundo deporte más completo del mundo tras la natación. Un alicantino del barrio de Los Ángeles puede dar fe de ello. Hace un mes, Iván Pérez cogió su maleta y se marchó a la capital para perfeccionar su nivel en la Blume, residencia de alto rendimiento para deportista con proyección.
Con solo 16 años ha pasado de tener una vida tranquila en Alicante a no parar en Madrid. Entrena 6 horas al día, entre mañana y tarde, las mismas que le dedica a estudiar Primero de Bachillerato. No se libra ni los sábados, pues hay marcada una sesión de ejercicios de tres horas. «Es duro pero estoy muy contento. Aquí hay más recursos. Tienes preparadores físicos y psicólogos. Está todo a tu disposición para que crezcas en todos los aspectos», comenta Iván.
Y es que la gran temporada que hizo Iván no pasó desapercibida. Fue el jugador clave para conseguir el ascenso a la División de Honor con el Alicante Tenis Mesa. Las razones son obvias: en liga acabó ganando 40 de 41 partidos. ¿Cómo fue la derrota? «Perdí contra Javier Rodríguez, un chico de Alzira que es un año mayor. Fue una pena porque quedamos 3-2 en sets y en el último el tanteo fue 11-9», relata. Este pequeño lunar no emborrona una trayectoria espectacular. Reinó en el torneo zonal, prueba que reúne a los mejores de Madrid, Castilla-La Mancha, Canarias y Comunidad Valenciana, compitiendo con jugadores dos años mayores que él.
Cuando afrontó las tres competiciones nacionales más importantes, donde están los mejores, terminó con cierto sabor amargo al finalizar quinto en todas. Por esa razón se quedó fuera de la lista de selección española para disputar el Europeo, aunque sí que acudió este verano la gira por América Central. «Soy muy consciente de que me queda mucho por aprender pero, sinceramente, creo que lo voy a conseguir sí o sí», recuerda.
La práctica del tenis de mesa de alto nivel requiere el uso del cerebro para crear estrategias de juego. «Uno de los ejercicios que estamos practicando es anotar en una libreta la visualización que hacemos de los puntos. Voy a sacar en este lugar y, además, va a pasar esto y aquello», narra.
Según la NASA, en el tenis de mesa se utilizan el 80% de los músculos del cuerpo. Por eso en la Blume si insiste mucho en los ejercicios de piernas para ganar agilidad. «Los jugadores asiáticos son superiores en técnica y físico, así que tenemos que esforzarnos mucho para hacerles sombra y superarlos con cabeza y valentía».
Existen países con más medios y cultura que España. Tanto es así que hace más de 10 años que un español no se cuelga una medalla en el Europeo Junior.
Iván va partido a partido y, pese a que desearía vivir de esto, antes se centra en el presente. Por eso, todas las horas parecen pocas para los retos que se ha marcado. «Tengo dos objetivos principales. Uno a corto plazo: acudir al Europeo Junior y llegar, al menos, a cuartos de final. Sí que veo factible conseguir una medalla por equipos», dice. Hace unos meses no fue convocado por el seleccionador. «Creo que voy a mejorar en Madrid y porque hay generación de juveniles que les queda poco para dejar de serlo por edad (18)», explica.
El camino no será sencillo. De hecho, lo pasa mal cada vez que se acuerda de la familia y los amigos. La parte buena de estar 12 horas activo, entre entrenamientos y estudio, es que dispone de poco tiempo para comerse el tarro. Además, tiene la suerte de que a partir de mediados de octubre empieza a competir con su club de toda la vida los fines de semana.
Y pensar que esto no lo estaría viviendo de haber habido plazas en tenis cuando fue a preguntar con 8 años a la Escuela Municipal de Alicante...
