La constancia de la selección de Lituania ante una intermitente Serbia determinó la victoria final de los bálticos por 64-67, el pase a la final del Europeo, donde se enfrentará a España, y una plaza para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Milos Teodosic, por parte serbia, y Jonas Maciulis, por la lituana, comenzaron llevando la voz cantante en los primeros instantes del partido, pero poco después Lituania comenzó a mandar en el marcador por su mayor entrega y concentración.

Serbia estaba descentrada, sin cohesión, y los puntos llegaban por la calidad individual, pero no por el juego desplegado. Cada canasta era respondida de inmediato por el rival, en un auténtico combate cuerpo a cuerpo, sin que las defensas, más allá de la implicación personal de cada uno, tuvieran mucho que decir.

El rebote de los bálticos superó al de los balcánicos. Los puntos en la pintura, 16-8 también para Lituania, y el hecho de que Jonas Valanciunas le ganara la partida a Miroslav Raduljica fueron clave. Serbia siguió sin dar con la tecla adecuada para frenar el ímpetu de los lituanos y el marcador se mantuvo a favor de los lituanos hasta el final.