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Contracrónica

La Vuelta desde dentro

Un redactor de INFORMACIÓN sigue en vivo la etapa junto a la escapada en un helicóptero y un coche de Carrefour, patrocinador de la prueba

El colombiano Chaves, con el maillot verde en el podio. EFE

La novena etapa de la vuelta ciclista a España ha dado mucho de sí. A media mañana de ayer el municipio de Torrevieja daba la bienvenida a su tramo. En las numerosas carpas que los patrocinadores de La Vuelta, en especial su sponsor principal Carrefour, pusieron a disposición del público, no cabía ni un alfiler. Los alicantinos tenían ganas de ciclismo y ayer quedó demostrado.

Los corredores, una hora antes de dar comienzo la etapa, fueron vitoreados por los hinchas cada vez que el «speaker» presentaba a cada participante. Uno a uno, todos los ciclistas subieron al escenario, montado para la ocasión, para inscribirse con su firma en la prueba. Los deportistas demostraron su cercanía al pasearse sin problema alguno entre la multitud de aficionados que los buscaban deseosos de fotografiarse con sus ídolos.

Una vez dado el pistoletazo de salida, las pedaladas se suceden y la tensión comienza a florecer. Desde el cielo, con el helicóptero de la organización, al que se accedió gracias a Carrefour, se ve como los coches rojos de los comisarios de carrera se sitúan cerca de los ciclistas. Un motorista, como el que el pasado sábado estuvo involucrado en el accidente con Peter Sagan, se detiene y pide que le hagan una fotografía con el helicóptero de fondo. El joven conductor confiesa que «llevar una moto en situación de carrera es más difícil de lo que parece» y aunque será recordada la caída del eslovaco «no es más que un accidente». De repente, antes de llegar al kilómetro 10, se produce una escapada. Trece personas empiezan su luchar por llegar a meta antes que el resto. Cuando la brecha que los separa del pelotón se amplía a más de un minuto y medio, los comisarios van tras ellos, y acto seguido, los automóviles de los equipos involucrados en la escapada aparecen a la espalda de sus pupilos. Cada equipo tiene dos automóviles y todos mandaron a su coche B a seguir la escapada, sabedores de la importancia de sus ciclistas que se quedaban en el pelotón.

Las intentonas por separarse del grueso de la serpiente multicolor se suceden, y tras los protagonistas una caravana de más de 15 coches para que no les falte de nada a sus deportistas. Conducir un automóvil en la carrera no es nada fácil, en una carretera de dos carriles hay momentos en los que es ocupada por tres coches y una moto, con todos ellos en paralelo, a una gran velocidad y velando por los intereses de sus equipos. En la radio, el sonido es ensordecedor. Los comisarios dan órdenes constantemente, ya sea para pedir avituallamiento o para solicitar una rueda nueva para un ciclista.

La Vuelta, como cualquier evento de tan gran calibre, posee numerosos matices internos que son difíciles de apreciar. Las situaciones que se dan son múltiples, desde que un joven ciclista se separa de la cabeza de carrera para hacer sus necesidades biológicas y luego tenga que reengancharse con un gran sobreesfuerzo, hasta que haya una caída dentro del pelotón y más de una decena de corredores se vean involucrados, se levanten y se suban a su bici aun necesitando asistencia médica.

La Vuelta es un espectáculo

y, como tal, hace vibrar a sus espectadores. Presenciar la llegada a las cinco y media de la tarde con más de 30 grados en un puerto de primera categoría como «La Cumbre del Sol» de Benitatxell es escalofriante. Con los pelos como escarpias, se oye el rugir de las vallas que son golpeadas por el gran público para apoyar a sus héroes, ellos les recompensan levantándose del sillín de la bicicleta y empujando con todas sus energías, las que quedan tras 168 kilómetros en sus piernas, para llegar a la meta. El aplauso a su llegada es, cuanto menos, merecido. Ahora le toca a Valencia y Castellón ser participes de una fiesta nacional que incluye a miles de personas volcadas con un deporte que promueve el buen ambiente.

La etapa Torrevieja-Benitatxell deja Doumolin como campeón de etapa y como el nuevo líder de la clasificación general, Froome demuestra con su segundo puesto que sigue dispuesto a luchar a por la victoria final y Valverde, pese a su caída, ha realizado una carrera con la que quiere hacer valer su fortaleza física y metal con la que busca coronarse con el maillot rojo Carrefour.

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