El inicio de la etapa como técnico del Real Madrid de Rafa Benítez dejó un amargo sabor de boca en el madridismo, tras ver cómo el equilibrio en el balance defensivo ha mejorado con el nuevo técnico pero que su equipo acusa una preocupante falta de pegada, en una zona marcada por estrellas.

Por increíble que parezca un ataque formado por jugadores como el galés Gareth Bale, el portugués Cristiano Ronaldo, el colombiano James o Jesé Rodríguez a la espera de la vuelta de Karim Benzema, se ha quedado sin marcar en cinco de los nueve partidos con el nuevo técnico.

Benítez abandera la llegada del equilibrio al Real Madrid, para desde el orden llegar a los buenos resultados y estar más cerca de los títulos grandes que la pasada temporada no pudo conseguir el italiano Carlo Ancelotti.

Su mano se nota en la unión de líneas, la mejor disposición del equipo sobre el terreno de juego que se plasma en menos oportunidades del rival de hacer gol. En El Molinón el costarricense Keylor Navas fue un espectador más y no recibió ningún disparo en su portería.

Sin embargo, de momento no va de la mano con eficacia ofensiva. La primera decisión de Benítez fue 'liberar' a Bale de la banda derecha, dar libertad a sus tres jugadores de arriba pero condicionado por los deseos de sus jugadores. Cristiano Ronaldo desea partir desde la banda izquierda, avalado por sus registros goleadores de récord, por lo que el galés intenta hacerse a una nueva demarcación por el centro.

Bale es un futbolista que necesita metros para exhibir su fútbol. Encuentra problemas jugando de espaldas al arco, al asociarse con compañeros de segunda línea. Su golpeo lo puede explotar en cualquier demarcación, pero ante rivales que se cierran como acabó haciendo el Sporting según se le acabaron las fuerzas, el galés encuentra problemas para brillar. Su rendimiento baja respecto a lo que podría aportar en el costado izquierdo.

Confiado en cada rueda de prensa y sin detectar el problema, consciente de que las cualidades de sus delanteros acabarán silenciando el debate, Benítez niega la mayor y apunta a la falta de acierto en el remate mostrando la cantidad de ocasiones que genera su equipo. En El Molinón catorce, ocho de ellas a puerta con Cristiano como más persistente con cuatro que provocaron algún paradón de 'Pichu' Cuellar.

La realidad es que el Real Madrid no ha marcado un gol en cinco de los nueve partidos dirigidos por Benítez, y que los problemas que se palpaban ante el débil Valerenga, al que fue incapaz de hacer un solo gol, o ante el Besiktas en el Trofeo Santiago Bernabéu, se confirmaron en el primer partido oficial de la campaña que deja ya una desventaja de dos puntos con Barcelona y Atlético de Madrid, también alejados de su verdadera imagen pero que vencieron sus encuentros sin brillo.

La falta de precisión en el último pase, el cansancio por el duro trabajo físico realizado en pretemporada cuyo margen de riesgo es el inicio de campaña y la falta de puntería, es trabajo a realizar esta semana. Tendrá tiempo en una atípica, de las que no hay muchas en el año, aún sin competición en martes o miércoles. El sábado, ante otro recién ascendido como el Real Betis, el madridismo exigirá gol. Equilibrio pero con pegada.