Sergio Ramos, capitán del Real Madrid, dejó ayer una clara muestra de su madridismo en el discurso preparado para el acto de renovación de su contrato hasta 2020, en el que dejó claro que su «cabeza» y «corazón» siempre estuvieron en la casa blanca pese al pulso de las negociaciones.

Ramos compareció en el palco de honor del Santiago Bernabéu sonriente, feliz por sellar el acuerdo de renovación con el Real Madrid tras un largo pulso que por un momento desgastó a las partes y a punto estuvo de la ruptura. Pese a ello, confía en seguir manteniendo el mismo cariño de la afición madridista y les dejó un mensaje: «Mi cabeza y mi corazón siempre han estado aquí».

«Como dije hace diez años formar parte de este club es un sueño que quiero disfrutar al máximo. Doy las gracias a todos, a mi hermano y agente, amigo que vela por mi bienestar que ha hecho posible que estemos aquí. Gracias por tu incondicionalidad», comenzó asegurando en un intento de limpiar la imagen de René Ramos, diana de muchos en el tenso tira y afloja.

«Gracias a mi familia que me ha ayudado a mantener el equilibrio profesional y personal. Agradezco a mi entrenador por estar aquí, a mis compañeros por la proximidad, cariño y respeto de estos días. Gracias a la afición que ha estado desde mi llegada y estará en el futuro, me habéis demostrado apoyo y un cariño que no olvidaré nunca. Formar parte de este club, el más grande del mundo, y como capitán es un honor, un privilegio y compromiso que afronto con sinceridad, ilusión y honradez», añadió.

Por su parte, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, señaló la enorme «satisfacción» de anunciar la renovación de Sergio Ramos por cinco años más hasta 2020, con la que se cierra la continuidad de un «símbolo del madridismo» cuya unión con el club blanco ha sido «tan fuerte» que ha hecho posible que el actual capitán «se convierta en leyenda».