Más de un millar de personas se han acercado hasta la capilla ardiente del piloto español Bernat Martínez, fallecido el pasado día 19 de julio en un accidente acaecido en el circuito estadounidense de Laguna Seca, en la localidad alicantina de Crevillent, donde residía los últimos ocho años.

En el tanatorio Virgen del Rosario estaban representados todas las clases sociales crevillentinas, así como varios expilotos alicantinos que quisieron estar en su adiós como Santiago Botella, Antonio Canales, Ramón Irles y el local Manuel López, que compitió a finales de los 60 junto a grandes figuras como Medrano o Ramiro Blanco. Se echó en falta representación federativa, en concreto de la delegación en Alicante de motociclismo.

A lo largo de los años que Bernat residió en Crevillent se granjeó la amistad de muchas personas, no sólo del mundo de las motos, sino también de gente que no tenía ninguna vinculación con este deporte. Según manifestaban sus amigos estaba obsesionado en organizar una carrera de velocidad en un circuito urbano en la localidad. Una de las anécdotas que reseñaban es que precisamente la salida de la autopista de Crevillent estaba señalizada con el número 76, que fue a lo largo de toda su carrera deportiva el de su dorsal en competición. Jose Manuel López, aparte de ser su gran amigo, llegó a competir con él. Corrió formando equipo con Bernat en la Copa Yamaha en la que ganó el fallecido y además fue campeón territorial dos años en las cilindradas de 600 y 1.000 cc. López calificó a Bernat como «persona totalmente contraria a como era en las carreras». «En el mundo de la competición era metódico en grado sumo, en la faceta personal era un cachondo que alegraba la existencia a todos los que estaban a su lado», añadió.

María Mas, su pareja sentimental, y su exmanager, Jorge Lis, declinaban hacer declaraciones si bien se ofrecieron a hacer una entrevista más adelante. Jorge Lis, que estaba en el circuito de Laguna Seca en el momento del accidente, sirvió de gran ayuda ya que María estaba totalmente destrozada y fue él el que se encargó de hacer todos los trámites para la repatriación del cadáver. Jorge estaba muy afectado pese a que la relación profesional se había roto. Existía entre ellos una gran amistad y él, que fue piloto, calificó el accidente como «un cúmulo de casualidades que llevaron a la tragedia». Lis presenció las imágenes del circuito interno y calificó de «auténtica mala suerte» el accidente que acabó con la vida de los dos pilotos españoles.

El acto finalizó con unas emotivas palabras de despedida de Àngels Mas, cuñada de Bernat, que hicieron saltar las lágrimas a los presentes.