El Real Madrid, en plena semana grande, con todos sus objetivos en juego, dijo prácticamente adiós a la Liga neutralizado otra vez en el Santiago Bernabéu por el Valencia, que se sostiene en la pelea por la tercera plaza.

Además, se marchó del partido preocupado por la salud del alemán Toni Kroos, que dejó el campo a los veinticinco minutos de partido dolorido

El Valencia dejó al Real Madrid a cuatro puntos del Barcelona a falta de dos jornadas para el cierre. Misión casi imposible para el cuadro blanco. Y golpe de fe del conjunto valenciano. Un bloque que encontró el premio a un trabajo serio a lo largo del año pero que dejó pasar la ocasión de conseguir un logro mayor y definitivo.

Se le ha dado bien al Valencia el Bernabéu en los últimos años. Salió indemne en las tres campañas recientes. El pasado curso enterró la Liga para el Real Madrid. También en este ejercicio ha hecho lo mismo.

El equipo de Nuno aprovechó la angustia de su rival. Presa de la presión con el paso de los minutos. Tuvo el balón el Madrid. El Valencia hizo los goles. El primero fue de Alcácer a los veinte minutos. Cuando remató a bocajarro un pase medido de Jose Luis Gayá.

Para entonces el Real Madrid había estrellado dos balones en los palos. Una falta de Gareth Bale y un remate de cabeza de Cristiano Ronaldo. También el Valencia pudo anotar previamente. En un mano a mano de Alcácer que mandó por encima de la portería de Iker Casillas.

Una falta sacada por Dani Parejo dejó en evidencia a la defensa del Real Madrid. Tres jugadores se situaron a un metro de Casillas. Fue Javi Fuego el que peinó el balón hacia la red.

Chicharito volvió a encontrarse con el palo en plena avalancha desarraigada y confusa. Donde el muro valenciano mantenía el tipo y el orden mientras contemplaba el suicidio de su adversario.

Pudo meterse de lleno en el partido el Real Madrid en el tiempo añadido de la primera parte. Cuando Cristiano Ronaldo falló un penalti que le detuvo Diego Alves.

El acelerón del Real Madrid al inicio de la segunda parte tuvo premio antes del cuarto de hora. Con un remate de Pepe de cabeza tras un córner lanzado por el colombiano James Rodríguez.

El ímpetu local decayó. Las llegadas al área valenciana eran por inercia. Pero cada vez con menos sentido, amenazadas por el implacable paso de los minutos.

Una genialidad de Isco, crecido tras el descanso, con toda la responsabilidad de la medular en sus botas, reenganchó al equipo de Ancelotti y reavivó el partido en los siete minutos finales.

Recuperó el coraje, pero le faltaron fuerzas y tiempo al Real Madrid, que metió al Valencia en su campo y se dejó el alma hasta el cierre. No fue suficiente y el título mira a Barcelona.