El Alcoyano ha vuelto a depositar en manos de un profesional, Guillermo Fernández, la dirección del área deportiva una figura que había quedado huérfana desde la marcha de Toni Torres en junio de 2013.

Guillermo Fernández Romo, segundo de Óscar Cano, compareció ayer en rueda de prensa para explicar los cambios experimentados en el organigrama técnico. En primer lugar matizó que «no quiero ninguna etiqueta, voy a ser el responsable y por tanto el interlocutor de representantes, medios de comunicación, de clubes y de nuestros propios jugadores», dijo.

Guillermo Fernández ha adquirido experiencia en la secretaría técnica de dos equipos de Primera División, Betis y Celta, y en otros dos de Segunda B, Melilla y Ponferrada.

Su trabajo en el corto plazo irá enfocado al mercado invernal. «Las plantillas son sistemas vivos y en ningún caso están cerradas. La posibilidad de que pueda haber movimientos en diciembre está claro que existen. No ya por nosotros si no porque los propios futbolistas son los que no están a gusto o no encuentran el contexto idóneo para poder rendir y quieren marcharse. Por tanto, tenemos que estar preparados para que eso en ningún caso nos trastoque».

Fernández admitió que su idea pasa por «buscar un jugador por línea, aunque no significa que se vaya a efectuar. A partir de ahí los propios condicionantes del rendimiento y de lo que vaya ocurriendo nos llevará a tomar una decisión».

La formalización de los fichajes mantendrá la estructura, es decir, dependerá de la comisión deportiva. «Creemos en el trabajo de equipo y porque, además, eso no nos diferencia de ningún otro club. Propondremos las necesidades, los nombres de los jugadores y a partir de ahí es importante contar con la opinión del presidente Juan Serrano, del vicepresidente deportivo Pascual Clemente y de Fernando Ovidio, como experto en la gestión deportiva. En cada fichaje siempre hay unas variables a tener en cuenta», concluyó Fernández.