Vicente del Bosque, seleccionador nacional absoluto, quiere guiar a la Roja hacia una renovación progresiva en plena clasificación para el Europeo de 2016 en Francia. Para ello, en la última convocatoria para los duelos ante Bielorrusia y Alemania, el salmantino ha llamado a cuatro caras nuevas -Camacho, Callejón, Morata y Nolito- y no puede contar con los lesionados Iniesta, Carvajal y Silva, al tiempo que ha dado descanso a Diego Costa, del Chelsea, que acaba de salir de una lesión.

¿Siente que ante determinados rivales a la selección ya no le llega con tocar y tocar?

Hay defensas que no sólo se desbordan a través del pase y del dominio, que es algo que tradicionalmente ha hecho la selección en los últimos años. También se logra a través del desequilibrio individual y eso es lo que hemos buscado con la llamada de futbolistas que pueden darnos precisamente eso.

Se habla mucho ahora de la transición en la selección. ¿Entra Camacho en ese proceso?

Creo que estamos siempre en eso. Desde el 2008 que llegamos al puesto hasta 2012 que ganamos la Eurocopa hubo casi un cincuenta por ciento de futbolistas que se habían renovado. Creo que hemos estado en una permanente transición y haciendo hueco a nuevos jugadores. No nos hemos quedado parados en el pasado, hemos respetado a los veteranos, pero hemos ido dando paso a gente buena y no son solo palabras sino los hechos los que lo confirman. Después del Mundial de Brasil hemos ido encontrando futbolistas buenos, que están haciendo méritos en sus clubes para venir y eso demuestra que el fútbol en este país tiene una buena salud y que a nosotros nos ofrece variantes.

¿Está preocupado por el déficit que empieza a haber en España con la posición de central?

Es cierto que en España hay carencia de centrales que estén jugando en sus equipos. La mayoría tienen extranjeros en esa posición. Si echamos un vistazo a los primeros clasificados de la Liga vemos que todos tienen centrales de fuera. No es nada bueno para nosotros y eso sí nos obliga a tener una especial atención con esa zona.

Decía en la rueda de prensa en Las Rozas que con la entrada de caras nuevas aumentaban «la plantilla» de la selección.

Pues sí. Eso quiere decir que miramos hacia abajo, pero que tampoco somos radicales en eso. Pero es verdad que la idea que tenemos es que tarde o temprano acaben por entrar muchos de los que han hecho el recorrido con nosotros desde abajo.

Parece un planteamiento más de club que de selección.

Es bueno y a los futbolistas les ayuda a sentirse identificados con la idea. En este trabajo tiene que haber una continuidad. No eliminamos a nadie, pero tenemos que basarnos en un grupo de jugadores para ir haciendo un equipo. Todo el mundo quiere cambios, habla de hacer cambios continuamente, pero eso a veces solo conduce al fracaso. Nuestra política es de continuidad. Para formar un grupo que aprenda a competir junto nos ayuda que entren chicos de abajo que ya tienen experiencia de venir a jugar con las selecciones.

Por esa continuidad mantiene a gente como Piqué.

No vemos razones para no traerle. Que lleve unos partidos sin jugar en su club no me parece razón siendo un chico en el que confiamos y que siempre ha tenido un gran comportamiento.

La gente parece pedirle más cambios, una mayor revolución.

A veces se habla de la novedad por la novedad. El cambio por el cambio. Los aficionados, también los de los clubes, en ocasiones quieren lo nuevo y se hacen cambios que van en perjuicio de los equipos. Nosotros creemos que nuestra obligación es tener un plan en la selección y hacer todo lo posible por llevarlo adelante. No dar palos sin sentido.

¿Advierte que hay demasiado ruido en estos momentos alrededor de la selección?

Creo que la gente nos estima, tiene simpatía hacia nosotros. Después de Brasil ha habido algo más de crítica, algo normal por otra parte, pero la comprensión a unos años que han sido excelentes ha sido buena. Los aficionados esperan mucho de nosotros y lo que debemos hacer es aplicarnos para alcanzar nuestra meta.

Pero me reconocerá que hay más debate que nunca, también en torno a usted.

Y por encima tengo un pasado madridista y eso parece que da pie a más discusión. En líneas generales no hay otra que abstraernos y tratar en cada convocatoria de traer a los mejores futbolistas aunque seguro que nos equivocaremos en más de una ocasión.

Más que nunca parecen triunfar las posiciones más extremas que llegan desde Madrid y Barcelona, que todo se discute según le afecte a uno de los dos equipos. ¿Eso enrarece su trabajo?

Hay menos calma. Se hacen programas y aparecen medios que no favorecen la cordialidad. Es buena la competencia entre clubes, pero es evidente que a la selección no le ha ayudado en algún momento.

¿Tienen en cuenta de dónde vienen los jugadores a la hora de hacer la lista?

De verdad que no miramos de dónde son los futbolistas. Sería malo que lo hiciésemos y tenemos que estar por encima de determinadas discusiones.