Tabarca amaneció con 36 nadadores dispuestos a llegar a Alicante a nado. Apenas se escuchaban las paladas de los kayacs que debían acompañar a los nadadores. No eran más de las seis y media de la mañana y en una hora debía comenzar el reto en su tercera edición organizada por Grupo Brotons. Al final se retrasó media hora y hubo tiempo para todo, desde hacerse fotos con Lexie Kelly (una de las mejores del mundo en pruebas de larga distancia) hasta aprovechar para hacer ejercicios de calentamiento.

Decía, arrancaron 36 y acabaron 33. Esta vez el enemigo no fue la baja temperatura del agua como el año pasado, sino que hubo otros factores que endurecieron aún más la prueba. En primer lugar la neblina que se instaló durante las dos primeras horas de viaje. Una situación que desorientó por completo tanto a los nadadores como a los kayacs. Tomar una dirección y estar seguro de no fallar era algo complicado. A este factor se unieron horas después las fuertes corrientes y las olas con el consiguiente esfuerzo extra para los nadadores.

Para esfuerzo el del campeón de la prueba y que además batió el récord de la travesía con 4 horas y 50 minutos. Esprintó demasiado pronto tras vislumbrar el arco de la meta y nada más atravesarla cayó desplomado. Al instante fue atendido por los servicios sanitarios y en pocos minutos pudo salir de la ambulancia por su propio pie. El esfuerzo le afectó a las piernas que no podían sostener el cuerpo. Finalmente todo quedó en un susto y Raúl Lizano, de Valladolid, se recompuso totalmente.

Esta vez las medusas no pusieron en jaque a nadie. Excepto a uno, que acabó con una picadura en el pecho aunque pudo seguir su aventura hasta Isla Marina. El agua no estaba ayer especialmente nítida y conforme se acercaba la meta las bolsas y residuos perturbaban a los nadadores. Especialmente relevante fue una vez más el papel de los piragüistas haciendo de ojos de los nadadores en un día en el que la orientación era más que complicada.

Si terrible fue la llegada del ganador, el de Lexie Kelly fue todo lo contrario. Apenas su rostro reflejaba cansancio pese a los 22 kilómetros que llevaba en el cuerpo. La tercera posición de la general fue para un ilustre, José Luis Larrosa, al que le esperan otros 25 kilómetros este fin de semana en Francia.

Así, bastante espaciados fueron llegando los nadadores. Gestos de máxima felicidad tras haberse «licenciado» como pronunciaba más de uno tras completar una travesía en la que hace falta concienciarse muchos meses atrás.

Una imagen volvió a repetirse. Enorme aplauso el que le tributó el público tras llegar los nadadores adaptados David Pomares y Raúl Jiménez. Impresionante su nueva exhibición y máximo reconocimiento.

Sobre las tres de la tarde llegó el último nadador a meta. Más de siete horas de travesía y la recompensa de una fuerte ovación al entrar en meta. No pudo ser menos tras haber sorteado todos y cada uno de los obstáculos de esta tercera edición.

Tras el agua, los trofeos. No faltó el omnipresente Mariano Postigo, concejal de Deportes. Pese a la demora en la entrega de premios permaneció en Isla Marina hasta finalizar el acto. El edil felicitó prácticamente a todos los deportistas de los que destacó su heroicidad. Junto al Grupo Brotons, el Ayuntamiento de Alicante es uno de los colaboradores de la prueba. Hay que destacar el papel de la organización para acabar una prueba de máxima dificultad sin apenas incidentes de importancia.