El "abuelo" de la ATP está cada día más joven. A sus 35 y pico, el alicantino Rubén Ramírez-Hidalgo volvió ayer al "top 100" de la clasificación mundial tras culminar una extraordinaria gira por Centroamérica y Estados Unidos, en la que conquistó el "challenger" de Panamá -el undécimo de su carrera- y alcanzó las semifinales en Houston y Savannah tras conseguir victorias de prestigio ante Fernando Verdasco y Mardy Fish, entre otros.

Asegurada su presencia en Roland Garros, Rubén llegó ayer mismo a Madrid desde EE UU y hoy tiene previsto competir en el "challenger" de Túnez -que ya ganó el año pasado ante Chardy- como primer aperitivo de la larga gira de tierra batida que se le presenta en verano. "Tengo ánimo todavía y mucha voluntad de jugar y competir", reconocía ayer desde Lisboa rumbo a Túnez. "No sé si me quedará un año o un poco más, pero mientras tenga las mismas ganas, de la pista no me saca ni Dios".

Después de una inoportuna lesión en los ligamentos del tobillo en febrero que le tuvieron ocho semanas parado, Ramírez-Hidalgo se embarcó con dudas rumbo a Latinoamérica tras disputar este año apenas tres torneos en superficie dura. Sin embargo, los buenos resultados, desde Panamá hasta Savannah, le han devuelto la autoconfianza y le han situado de nuevo entre los mejores como el 98 del mundo. ¿Y cuál es el secreto de su eterna juventud? "No hay secreto. Aún tengo ganas y me encanta el tenis. Me entreno a tope e intento disfrutar al máximo". Y así ha sido en su reciente gira al otro lado del Atlántico. "He competido muy bien, frente a rivales muy exigentes y en partidos duros en los que he sabido mantenerme aun yendo a remolque". De hecho, en Savannah llevó al límite en el tercer set a Harrison, que acabó conquistando el trofeo en una final mucho más sencilla frente a Argüello. Sea como fuere, objetivo cumplido para Rubén: "Quiero estar entre los cien mejores, aunque es cierto que he acabado agotado y ya me va costando más trabajo recuperarme".

Con cuerda aún para rato en el circuito, Ramírez-Hidalgo lamenta la reciente retirada del tenis profesional de otro alicantino, Iván Navarro Pastor, que lo acaba de dejar con 31 años. "Tengo unos recuerdos increíbles con Iván, con el que he viajado mucho y hemos compartido entrenador", evoca el número 98 de la ATP. "La primera vez que salí al extranjero lo hice con él, nos perdimos y apenas sabíamos inglés. Miras hacia atrás y es una pena porque ya va quedando menos gente, de mi generación e incluso más jóvenes. Eso sí, a todos nos llega la hora y es difícil elegir el momento".

Sin tiempo para la nostalgia, Rubén se sobrepone a los contratiempos de las compañías aéreas -tuvo que hacer escala en Lisboa para volar desde Madrid a Túnez- y se centra ya en su estreno esta tarde en la temporada de tierra batida, que le llevará más adelante por el Grand Slam parisino y otros torneos como Sttutgart, Hamburgo y Kitzbühel, entre otros, en los que puede sumar bastantes puntos este año después de un irregular 2012. Eso sí, para la cita de Roland Garros, y a pesar de la reciente victoria de Djokovic en Montecarlo, el alicantino tiene un claro favorito: "Sin duda, Nadal. Por muy bien que estén el serbio y David Ferrer, en tierra y a cinco sets, el mejor sigue siendo Rafa".

Silvia Soler, 59 de la WTA

Por su parte, la tenista ilicitana Silvia Soler Espinosa ha ascendido al puesto 59 de la WTA después de alcanzar las semifinales la pasada semana en el torneo de Marrakech. Soler llegó al torneo marroquí tras una notable actuación con el equipo español de la Copa Federación que se impuso en Barcelona a Japón para ascender al Grupo I Mundial.