­El viento es el principal enemigo de los atletas y más en una carrera de fondo. Y ayer fue el protagonista en la XXIV edición de la Mitja Marató de Santa Pola. El aire de poniente, que pegó de cara en la vuelta desde Playa Lisa a la línea de meta, impidió que la carrera de la villa marinera pulverizara sus récords como estaba previsto con la gran calidad de corredores africanos que se dieron cita en la salida.

La organización también sufrió la inclemencias meteorológicas y paso la noche en vela al no poder colocar, como era su intención, globos y varias pancartas en la línea de salida y llegada. Durante toda la noche, el viento sopló con fuerza y, aunque a primera hora de la mañana amainó, todos eran conscientes de que rebajar los registros del circuito santapolero sería difícil.

A las diez y media en punto de la mañana, el Delegado del Gobierno Valenciano en la provincia de Alicante, Juan de Dios Navarro, acompañado por el alcalde, Miguel Zaragoza, dieron el pistoletazo de salida y bajo fuegos artificiales y una lluvia de confetis, una gran marea humana con cerca de 8.000 corredores comenzaron a recorrer los 21 kilómetros y 97 metros.

Desde los primeros instantes un grupo con ocho africanos se puso al frente de la prueba con un ritmo endiablado que amenazaba el récord de la carrera. Con el paso de los kilómetros, poco a poco, se fueron descolgando corredores y al llegar al kilómetro 10, el keniata Jhon Nzaus Mwangangi, que partía como gran favorito, se puso al frente de la prueba acompañado de sus compatriotas Milaw Asefa Abrha y David Kwenmoi. Los tres africanos devoraban el asfalto a un ritmo de menos de tres minutos el kilómetro.

Cuando llegó el punto kilométrico 13, Mwangangi decidió que era el momento de marcharse en solitario, pero el viento, que en muchos momentos lo había tenido a favor, empezó a soplarle de cara y rápidamente se dio cuenta de que iba a ser imposible mejorar el registro de una hora y 32 segundos que el etiope Azmeraw Bekele estableció en el año 201o. Aún así lo intentó, pero llegó a la meta con una marca de una hora, un minuto y 48 segundos, lejos del tiempo de Bekele, por lo que se quedó sin los 5.000 euros con los que la organización premiaba el récord y se tuvo que conformar con los 600 como vencedor de la carrera.

«No estoy decepcionado porque el viento ha influido mucho. Estoy muy contento de haber corrido en Santa Pola y el próximo año volveré de nuevo para intentar batir el récord. Los etiopes han apretado al principio, pero los keniatas hemos estado más fuerte y me podido ir solo hacia la victoria», comentó el pequeño Mwangangi al final de la prueba.

La segunda plaza fue para su compatriota Asefa, a casi un minuto; y la tercera para el también keniata Kwenmoi. El etiope Tegene se tuvo que conformar con la cuarta plaza.

En chicas se presumía un duelo entre la keniata Georgina Rono, que llegaba a Santa Pola con una marca personal de una hora, siete minutos y 58 segundos, acreditados recientemente en Italia; y la rusa Natalia Solovyova, que ostenta un mejor registro de una hora y nueve minutos. Pero pronto se disiparon las dudas y Rono salió a un ritmo frenético que hacía presagiar un nuevo récord en el circuito de la villa marinera. Pero al igual que en hombres, a mitad de prueba, el viento sopló con fuerza y la keniata «sólo» pudo llegar a la meta en una hora y diez minutos justos, quedándose a 37 segundos del registro de Rosa Chelimo, que el año pasado estableció un registro de una hora, nueve minutos y 23 segundo. La segunda plaza fue para la etiope Tafa Chaltu Waka, a dos minutos y 39 segundos de la vencedora; y tercera para la keniata Yebichi Yator. La rusa Solovyova se tuvo que conformar con la cuarta plaza, a casi cinco minutos de Rono.

Un rosario de corredores

Tras los atletas de élite africanos, la línea de llegada se fue poblando de un auténtico rosario de corredores hasta llegar a los 7.044, que cruzaron la línea de meta. El último llegó en dos horas, 50 minutos y 44 segundos, pero se llevó también multitud de aplausos.

En el apartado local, Luis Miñarro fue el primer santapolero con una hora, 12 minutos y 54 segundos y a continuación llegó Enrique José García Conesa, a casi siete minutos de Miñarro. En mujeres, la primera corredora local que alcanzó la meta fue María Ángeles Palao, con un tiempo de una hora y 45 segundos y fue secundada por Lidia Lorente Rabasco, a dos minutos.

Otro de los atractivos de la Mitja Marató es la clasificación por equipos. En hombres ganó el Cárnicas Serrano de Valencia, seguido de Albacete y del Mobel Sport de Lorca. El Trikilómetros de Almoradí fue cuarto. Y en mujeres el podio lo coparon también el Cárnicas Serrano y el Albacete en las dos primeras plazas, mientras que el Tragamillas de Orihuela fue cuarto.