El derbi provincial de balonmano disputado en el Pabellón de Carrús entre Elche y Servigroup tuvo de todo: expectación, nervios, jugadas polémicas... Todo lo que se esperaba del mismo, Solo falló una cosa, la peligrosa pista, donde los jugadores caían una y otra vez. El técnico benidormense, Isidre Pérez, aseguraba ayer que "ya lo decía Nacho Vico, jugador del Torcal Antequera, con muchos años en la élite del balonmano, que por favor se prohibiera jugar en esa cancha. Los jugadores estaban cada dos por tres por los suelos y lo que no entiendo es como no se lesionó ninguno, porque la pista es demasiado deslizante". Añadía que "los jugadores del Elche están más acostumbrados a esa pista y para los rivales es complicado".

A pesar de los inconvenientes de la pista Isidro aseguraba que "fue un partidazo, porque el Elche tiene un buen equipo, que está muy bien entrenado, pero nosotros no supimos matar el partido y al final, con el empate en el marcador, llegó la acción polémica. Faltaba medio minuto, pedimos un tiempo muerto para preparar la jugada y Aitor Borrás se giró para lanzar, hubo exclusión para el jugador local, pero los árbitros no tuvieron la valentía de pitar el penalti. En el golpe franco pitan un pie a falta de cuatro segundos, saca su portero y el balón lo intercepta Koke, que lanza a portería vacía, el árbitro que está en esa portería levanta la mano y da el gol, que sube al marcador, y cuando ya lo estábamos celebrando, los jugadores e incluso gente del público rodean a los árbitros para protestar y ante nuestra sorpresa anulan el gol. Fue un escándalo la cobardía que al final demostró esta pareja arbitral en la última jugada del partido".

Al final, un empate a 22 goles que deja a los benidormenses, al final de la primera vuelta, como segundos clasificados con 19 puntos, a tres del Balonmano Madrid, cuatro del Elche y cinco del Viveros Herol, P.A.N. Moguer y Cajasur de Córdoba.