Los futbolistas también emigran. Como el resto de jóvenes españoles tienen que mirar hacia el extranjero para buscarse un futuro mejor. En el caso de Carlos López Huesca se dan estas circunstancias. Alicantino de 22 años, ha puesto rumbo a Liga rusa. En verano fichó por el FC Petrotrest, conjunto de San Petersburgo que milita en la segunda categoría del fútbol del país del este de Europa, tras abandonar el Ontinyent.

Carlos López Huesca es el único extranjero que milita en el Petrotest, club en el que comparte vestuario con 23 futbolistas del propio país. "Mi experiencia aquí está resultando muy interesante y curiosa. Es totalmente distinto a lo que había vivido hasta ahora", cuenta el jugador desde Rusia. Un empresario español, su representante y el máximo dirigente del club petersburgués intercedieron para que se produjera el trasvase desde Ontinyent al campeonato ruso. "Primero vieron vídeos míos y luego vinieron a España el presidente y el segundo entrenador para hacerme la propuesta de firmar por ellos", recuerda el joven alicantino.

Aunque entre España y Rusia se pueden apreciar muchas diferencias a simple vista, cuando se viste de corto y salta al terreno de juego, Carlos Huesca no observa tantas. "Al fin y al cabo esto no deja de ser fútbol, da igual que lo juegues en un país o en otro", resume. "Lo que sí noto es que aquí se practica un estilo más directo, más contundente y agresivo. En cambio, en España priman las acciones combinativas, la pausa y la precisión. Ahí sí que existe una diferencia importante", añade.

El ahora atacante del Petrotrest ha completado su formación en las categorías inferiores de varios equipos de la provincia. Empezó en 1998 en el Alicante, para pasar después al Hércules, conjunto en el que permaneció cuatro años. También pasó por el Torrellano, en dos etapas, con un intervalo fuera de la provincia, en el que perteneció al Murcia. Sus dos primeras campañas como profesional las jugó en Torrellano. De ahí se marchó al Ontinyent y este verano le llegó un salto más largo, el que dio con sus huesos en Rusia.

"Aquí se nota mucho que el nivel económico de los clubes es mayor que en España. Por eso las competiciones locales son cada vez mejores y existe una mayor competitividad entre los equipos", apunta el futbolista. Para buscar rivalidad no tiene que salir muy lejos. En la propia ciudad de San Petersburgo juega el Zenit, equipo que dio la campanada en el cierre del último mercado de fichajes al pagar 95 millones de euros por la contratación de dos jugadores: el brasileño Hulk y el belga Witsel. Aunque juegan competiciones distintas -el Zenit disputa la Liga de Campeones- en la ciudad siempre quedan rescoldos de una vieja rivalidad: "Ellos son un club enorme. Su patrocinador es la empresa más grande en el sector del petróleo".

Uno de los aspectos que más ha sorprendido a Carlos Huesca durante el tiempo que lleva en Rusia es el comportamiento de los aficionados, a los que no tilda de violentos, sino que los califica como "raros". "Hay muchas veces que están tranquilos y de repente se alteran. Son muy inestables. Lo cierto es que suelen ser muy activos en las gradas", explica.

Sobre la acogida que ha tenido en el vestuario de su nuevo club no tiene ninguna queja. "Me llaman españolito. A pesar de la imagen de serios que puedan tener los rusos desde fuera, son graciosos. Como tengo un traductor todo me resulta más fácil. En ese sentido no tengo ninguna queja", relata el alicantino, que se estrenó como goleador la última jornada.