José Francisco Aldeguer abandona el Elche Mustang tras dos épocas al mando de su timón. Avanza que la temporada próxima aparcará los banquillos para dedicar más tiempo a su familia y dice que quiere ver crecer a su hija menor.

José Francisco Aldeguer no esconde que seguirá devorando partidos de balonmano, pero desea tomarse un año sabático. Tantos años en el banquillo desgastan mucho y ha creído conveniente apartarse de los focos. Con voz autorizada, el que fuera seleccionador nacional en 45 ocasiones también hace un hueco para analizar la situación del balonmano femenino español y los Juegos Olímpicos de Londres.

¿Por qué se marcha?

Me voy por el desgaste que provoca dirigir a un equipo en la élite durante tanto tiempo. El año pasado ya pretendía dejarlo pero se hizo una plantilla joven basada en la cantera y acepté.

¿Dónde veremos a Aldeguer la próxima campaña?

No voy a entrenar la temporada que viene. Ya llevo muchos años y ahora quiero descansar, pasar un año tranquilo y aprovechar el tiempo para disfrutar de mi familia y estar más cerca de mi hija pequeña.

¿Qué futuro le augura al Mustang?

El equipo ha sufrido bajas importantes pero afortunadamente hay un buen trabajo de cantera y estoy seguro de que se hará una plantilla competitiva. Aún así, la cosa está complicada. No sólo para el Mustang, todos los equipos están en una situación difícil y prueba de ello es la marcha de muchas de las mejores jugadoras del país al extranjero.

El último ejemplo lo ha vivido de cerca con Lara González, ¿cuál es el problema del balonmano femenino español?

El mismo que el de todo el deporte en general. En España hay unas carencias estructurales importantes a nivel de concienciación y sobre todo de legislación. Hay que ordenar las cosas y a nuestro país le falta ese entramado de leyes y responsabilidades.

Y, encima, la crisis...

Sí, se ha querido crear una casa en la que meter grandes electrodomésticos pero no hemos cuidado los cimientos y se ha derribado. La economía estaba sujeta al ladrillo y a las ayudas públicas, y los patrocinadores y los recursos aparecían con facilidad, pero se invertía más en fichajes y contratos que en la estructura. En Francia, por ejemplo, fueron previsores y sí lo hicieron bien.

Por lo menos la Selección sí está dando alegrías, ¿qué papel espera de las chicas en los Juegos Olímpicos de Londres?

Tengo mucha confianza en ellas y su clasificación tiene mucho mérito, aunque han caído en un grupo muy complicado y va a ser duro meterse entre las cuatro primeras para alcanzar los cuartos de final. Los Juegos son una competición distinta con vivencias más allá de lo que trasciende tu deporte y la experiencia es un factor muy importante.

Imagino que no se apartará del todo del balonmano y continuará siguiendo partidos...

Llevo 25 años vinculado a este deporte, está claro que seguiré viendo balonmano. A parte, soy padre de jugadora juvenil y jugador infantil y veré muchos partidos.

A un año vista, ¿piensa que le volverá a atacar el gusanillo de los banquillos o es un adiós definitivo?

No lo sé. No sé si volveré a entrenar. Hoy por hoy pienso en descansar y en el futuro, como dicen, Dios dirá.