Pocos técnicos de tenis pueden presumir del currículum de Ricardo Sánchez: haber entrenado a dos números uno del tenis femenino como Jelena Jankovic y Caroline Wozniacki, algo que no está al alcance de muchos. "Richy" está durante estos días descansando en Benidorm y ayer era recibido en el despacho de alcaldía por Agustín Navarro y la portavoz del Grupo Liberal Gema Amor. Tras dicha reunión no ocultaba su deseo de "trabajar por el deporte de Benidorm, con la organización de algún torneo o la creación de una academia de tenis en la que formar futuras promesas de este deporte".

Tras haber sido el técnico que llevó a la serbia Jelena Jankovic al número uno del mundo, el pasado mes de diciembre firmaba con otra número uno, la danesa Caroline Wozniacki. Tras una excelente pretemporada, comenzaban los problemas cuando no pasaba de cuartos de final en Sidney y Open de Australia, lo que significó que la bielorrusa Victoria Azarenka le arrebatase el número uno y actualmente pasase a la cuarta posición del ránking de la WTA.

Según Ricardo, "su padre Piotr Wozniacki, quería imponer sus sistemas de entrenamiento y me dejaba a mí en un segundo plano". Tras rescindir de forma amistosa su contrato hace unos días "porque quiero ser consecuente con mis ideas como técnico y no tragar con imposiciones", está convencido de que Caroline "tiene condiciones para volver a ser la número uno y ganar un Grand Slam pronto, pero tiene que ser más agresiva en su juego". Se barajó la posibilidad de volver con Jelena, pero Ricardo pone condiciones "debería ser sin el paraguas de su madre" y es que "Richy", que no acepta imposiciones en su profesión, ya tuvo problemas familiares similares con su anterior pupila serbia.