La tenista ilicitana Silvia Soler continúa sumando éxitos tras su destacada actuación en el US Open, su segundo Grand Slam tras la disputa de Roland Garros, donde logró alcanzar los dieciseisavos de final y consumó el mayor logro de su aún corta carrera.

La joven jugadora de 23 años alcanzó ayer los cuartos de final del Abierto de Sofía (Bulgaria), tras imponerse a la jugadora colombiana Catalina Castaño, por un marcador de 6-0 y 6-2.

Soler acudió al torneo como sexta cabeza de serie, posición a la que está haciendo honor sobre la tierra batida de la capital búlgara, ya que ha mantenido el alto nivel de tenis que ha exhibido a lo largo del año y que le ha llevado a superar las primeras dos rondas de un campeonato que tiene 100.000 dolares como premio a la vencedora final.

La ilicitana ha llevado a cabo una escalada de posiciones vertiginosa en la clasificación mundial, la WTA (Asociación de Tenistas Profesionales), y se ha catapultado hasta el puesto número 110, después de ascender 32 escalones tras su andadura en el campeonato parisino Roland Garros y el neoyorquino US Open, dos de las más prestigiosas competiciones, lo que la sitúa como la sexta mejor española, por delante de la valenciana Arantxa Parra, que ocupa el puesto 122.

Silvia Soler se encuentra ahora muy cerca de su objetivo principal del año: lograr la entrada en el Top 100, lo que supondría convertirse en una de las cien mejores tenistas del circuito profesional.

Por delante, la joven jugadora ilicitana tiene marcadas en su calendario fechas importantes para seguir creciendo como jugadora, como son los campeonatos que tendrá que afrontar en Francia, donde disputará dos, y otro más en Reino Unido. Silvia Soler se ha destapado como una gran tenista y ahora, con sólo 23 años, su margen de mejora es importante.