El italiano Daniele Bennati (Leopard) se apuntó al esprint la vigésima etapa de la Vuelta disputada entre Bilbao y Vitoria, de 185 kilómetros, en la que Juan José Cobo (Geox) conservó el maillot rojo a falta de la etapa final en Madrid, pero sin cantar victoria "por cuestiones matemáticas", ya que su ventaja sobre el británico Chris Froome es de 13 segundos y restan 32 de bonificación.

Bennati, de 30 años, sacó brilló al constante trabajo del Leopard con su quinta victoria en la Vuelta, en un esprint muy italiano en el que se impuso por delante de sus compatriotas Enrico Gasparotto (Astana) y Damiano Caruso (Liquigas). Un "triunfo inesperado" por la presencia del Alto de Urkiola, a 40 kilómetros de meta, labrado a base de sufrimiento, pues le costó sudor y lágrimas superar el puerto y situarse en el grupo principal.

"Una victoria importante para la moral en vísperas del Mundial" del próximo día 25 en Copenhague, y especial después de una temporada que se torció en la Vuelta a Romandía, donde se fracturó la clavícula por cuatro sitios, algunas costillas y padeció conmoción cerebral. Tremendo susto que tuvo parado 2 meses al corredor de Arezzo, uno de los corredores que ha inscrito su nombre en el palmarés del Tour, Giro y Vuelta.

Gloria para Bennati, recuperado para la causa mundialista, pero "aún no" para el "Bisonte" Juanjo Cobo, prudente porque aventaja en 13 segundos a Christopher Froome y en la etapa madrileña se disputan 32 en concepto de bonificación. El cántabro no canta victoria, aún no le cuadran los números.

"La Vuelta está más cerca que nunca, eso es lo que me dice la cabeza, pero no tengo la tranquilidad de sentirme ganador hasta que lo consiga de manera matemática", señaló.

También alude Cobo a la legitimidad de la disputa hasta el último metro. "Froome está en su derecho de disputar y lo puede hacer. Hay que estar atentos".

La etapa que transitó íntegramente por las tres provincias vascas ofrecía el Puerto de Urkiola como aliciente. Por ese punto pasó en cabeza Barredo que incluyó de inicio 27 corredores, con el grupo de favoritos a 2 minutos.

El Urkiola era el lugar clave, pero no presenció batalla alguna entre los favoritos. Froome, no puso en apuros al "Bisonte", que se limitó a seguir su rueda.

Sin embargo, sí atacó Froome a 20 kilómetros de meta. Aceleró en lugar erróneo para bonificar en la pancarta que señalaba que quedaban 20 kilómetros para meta. Enseguida se dio cuenta que se había equivocado. "Ya le dije que se estaba equivocando", explicó Cobo, pero por si acaso, el líder del Geox se puso a su rueda. El esprint real, a 16 de Vitoria, lo pasaron juntos Barredo y Sastre.

Barredo se rindió y Sastre resistió hasta que le echaron encima los equipos de los esprinters. El Leopard y el Astana invirtieron tiempo y kilómetros en propiciar la llegada masiva. Era un día idóneo para que se resolviera por velocidad. Bennati acudió a la cita imponiéndose con autoridad.

No se conformaba con el triunfo por equipos en la cronometrada en Benidorm, ni con haber llevado un día el maillot rojo. Quería volver a sentirse uno de los mejores esprinters del pelotón.

La Vuelta la tiene en sus manos Juan José Cobo, el gregario inicial de Menchov y Sastre. Lo lógico es que La Cibeles le reciba como vencedor y sucesor de Nibali. Pero falta cuadrar las matemáticas. Entonces el "Bisonte de La Pesa" respirará tranquilo.