Fernando Alonso (Ferrari), doble campeón mundial de Fórmula Uno, buscará este fin de semana su tercer triunfo en Monza, el templo de la velocidad que alberga el Gran Premio de Italia, donde hace tres años logró su primer triunfo el alemán Sebastian Vettel (Red Bull), líder firme del Mundial 2011.

Vettel -que el 3 de julio cumplió 24 años- sorprendió aquel día imponiéndose con un Toro Rosso, en un fin de semana lluvioso en el que logró la primera de las 17 victorias que presenta un palmarés engrosado hace dos semanas en Spa (Bélgica) con el séptimo triunfo de una temporada en la que sólo una auténtica tragedia le impedirá revalidar el título logrado el año pasado.

Desafiando el aplastante dominio de Vettel y de Red Bull, que comandan destacados ambos campeonatos, Alonso, que también lo logró en 2007 (con McLaren), intentará repetir en Monza su victoria del año pasado. En 'casa'. Ante un público entregado a Ferrari.

Sobre el papel, el circuito en el que se alcanzan las máximas velocidades de todo el Mundial no le debería ir tan bien a la escudería austríaca, que en los doce Grandes Premios disputados copó, no obstante, todas las 'poles': nueve con Vettel y las restantes con Mark Webber.

El australiano -que en Bélgica celebró su trigésimo quinto cumpleaños con la renovación por una temporada de su contrato- es segundo en el Mundial, a 92 puntos de los 259 del campeón de Heppenheim, que, a falta de siete carreras, ya suma tres puntos más que todos los que capturó el año pasado.

Alonso, que sopló treinta velas en Hungría y lleva diez años en la categoría reina, es consciente de que -a 102 unidades de Vettel- es más sensato centrarse en triunfos parciales y mirar a 2012, por lo que buscará ante la afición 'ferrarista' su vigésima octava victoria, que mejoraría la que ya es la quinta marca de la historia en F1 y que sólo supera entre los activos el estratosférico Michael Schumacher, séptuple campeón mundial y ganador en 91 ocasiones.

El de Italia, es junto al de Gran Bretaña, el único Gran Premio que ha integrado todos y cada uno de los Mundiales desde que, en 1950, naciese la Fórmula Uno. Y, salvo una vez, se ha corrido siempre en Monza. Un gran sitio para que Fernando firme su segundo triunfo del año, después del de Silverstone.

Allí, el doble campeón mundial asturiano le metió el agua en casa a la escudería energética y, sobre todo, a McLaren, que espera ahora resarcirse en Italia. El inglés Jenson Button fue el mejor, detrás de los dos Red Bull, en Bélgica; y buscará su tercer éxito este curso, tras los de Canadá y Hungría. Su compatriota Lewis Hamilton, ganador en China y Alemania; y retirado en Bélgica, espera invertir lo suerte del año pasado, cuando ganó en Spa y abandonó en Monza.

Un circuito de 5.793 metros, con curvas lentas y largas rectas en el que se alcanza la mayor velocidad punta del año -superando varias veces los 330 kilómetros a la hora y pudiendo rebasar los 370-; al que está previsto que se den 53 vueltas el domingo, para un recorrido total de 306,7 kilómetros.

Con neumáticos medios y blandos, según decretó el suministrador único, Pirelli. Y en el que la española Silvia Bellot (25 años), que debutó en Turquía, repetirá como comisaria. En un Gran Premio que arrancará mañana con los entrenamientos libres, que se cerrarán el sábado, jornada en la que también se decidirá la parrilla de salida.

El otro español en liza, Jaime Alguersuari, intentará recuperar el buen tono de Spa, donde logró el mejor resultado de su carrera en una calificación de F1 -sexto-, antes de ser embestido en la primera curva de la carrera por el brasileño Bruno Senna -sobrino del mítico Ayrton-, que pilotará el Lotus Renault hasta final de curso.

El catalán intentará entrar de nuevo en los puntos con su Toro Rosso, que en Monza estrena patrocinador, CEPSA, la Compañía Española de Petróleos.

Los otros dos hispano-parlantes de la parrilla, el mexicano Sergio Pérez (Sauber) y el venezolano Pastor Maldonado (Williams), también aspiran a acabar en los puntos en Monza.

Pérez ocupó puestos delanteros durante el primer tercio de carrera antes de abandonar en Spa-Francorchamps, donde Maldonado puntuó por primera vez desde que es piloto de Fórmula Uno, al concluir décimo.