"Desde donde te llamo ya no se puede subir más". Así le comunicaba ayer, poco después de las siete y media de mañana, el montañero de Elche José Antonio Ferrández Alejo a su esposa, Enma Montesinos, que había llegado al techo del mundo. Alejo se convirtió en el primer alpinista de la provincia de Alicante que consigue alcanzar la cima del Everest a 8.848 metros de altitud.

La expedición ilicitana "Reto Everest" culmina de esta forma un proyecto ambicioso que le ha llevado a conseguir un hito dentro del deporte alicantino. Hasta ahora, ningún montañero de la provincia lo había logrado. Y sólo tres expediciones de la Comunidad Valenciana, dos de Valencia y otra Castellón, lo habían conseguido.

Junto a José Antonio Fernández Alejo marchaba su compañero Juan Agulló, que se quedó a sólo unos metros de la cumbre "porque ya no podía más".

Nada más conseguir el techo del mundo, sin apenas respirar, Alejo señalaba orgulloso y emocionado: "Yo estoy aquí arriba. Se ve todo. Se ve muy grande la montaña. Me hubiera gustado que Juan (Agulló) estuviera aquí, pero dicen que con que suba uno, la expedición es un éxito y yo lo he conseguido. La cumbre es pequeña y el cansancio en las piernas se nota. Salimos anoche a las ocho de la tarde y son las siete y media de la mañana. Han sido once horas de ascensión. Hemos hecho la mitad de la historia y, ahora, nos falta bajar. Alicante ya está en lo más alto del mundo. Se está formando una nube, pero el tiempo es fabuloso, se ve el valle cercano y todas las cumbres. Esa curvatura que dicen los libros es una realidad".

Tras respirar un poco, el alpinista ilicitano tenía ya en mente el regreso al campo base. "Vamos a bajar lo máximo que podamos, si podemos hasta el campo uno. No me salen las palabras. Un saludo para todos, para mi familia y nos vemos pronto con la cumbre conseguida", señaló Alejo con la poca batería que le quedaba de los equipos de comunicación.

Horas más tarde y ya en el campo III, el deportista ilicitano señaló que "me encuentro perfectamente, cansado como es normal, con una manta y con frío". En principio, su idea era descender hasta el Campo II, pero las fuerzas se lo impidieron.

Alejo decicó esta histórica ascensión "a mis dos hijas y a mi mujer, que han pasado momentos difíciles" y tuvo un recuerdo especial para "los patrocinadores y todas las personas que han colaborado en esta aventura desde España. Lo importante es que hemos entrado en la historia y Alicante ya está en lo más alto del mundo".

El montañero ilicitano tuvo que hacer la última parte de la ascensión con oxígeno "porque veíamos que era difícil llegar".

Por su parte, Juan Agulló lamentó no poder alcanzar la cima, pero se encontraba "muy contento" por su compañero. "Tuve que realizar un esfuerzo muy grande, había rampas muy duras y Alejo estaba un punto por encima",dijo.